Sus padres habían creído que sería una maravillosa idea que sus hijos se casaran desde la primera sonrisa que se dedicaron, pero con lo que no contaron era en la difícil tarea que sería unirlos.
TaeHyung odiaba a JungKook.
JungKook odiaba a TaeHyu...
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—Príncipe TaeHyung, sus amigos han-
—¡Jiminie, Jinnie! —gritó interrumpiendo al hombre antes de lanzarse a abrazar al par de niños que igual de emocionados correspondieron—¡No saben cuánto los extrañé!
—¡Y nosotros a ti! —exclamó el rubio con una bonita sonrisa que hacía sus ojos más pequeños.
—Claro que sí, no vivo sin apretar estos bonitos cachetes aunque sea una vez al año. —lloriqueo apretando las mejillas del castaño que soltó ligeras risitas con dificultad
—Nos vimos hace solo una semana, Hyung. —comentó el rubio a su lado antes de que una de sus mejillas fuera estirada por la mano del pelimarrón—¡Auch!
—Puede que pasaran solo 7 días, pero se sienten como años. —puchereo abrazando al par—Es aburrido estar en mi palacio, estoy tan solo ahí, ¿no quieren mudarse conmigo? —preguntó con una sonrisa sugerente.
—Hyung, sabes que no podemos hacer eso. —sonrió el castaño una vez se separaron—Pero cuando seamos grandes te visitaré todos los días, lo juro.
—¡Dios, eres tan adorable y considerado! —chilló abrazando al menor entre los tres, repartiendo pequeños besos en sus mejillas—Aprende JiMin, te hace falta cariño a tu Hyung.
—Ya~ el papel del ser adorable en nuestro grupo es de Tae, no mío. —se cruzó de brazos—Yo soy el valiente y fuerte de nuestro grupo, si no fuera por mí ya estarían perdidos. —alzó su pecho con orgullo, sus amigos rieron
—Claro que sí. —apoyó el mayor con una sonrisa burlona antes de mirar un punto fijo—¡Ah, hay una rata ahí!
—¿Qué? ¿Dónde? ¡Aléjala de mí! —gritó escondiéndose tras el pelimarrón asustado mientras su cuerpo temblaba como una gelatina.
Sin embargo, la risotada que soltaron el par de amigos lo hizo fruncir su ceño.
—Jin Hyung, eres muy malo.
—Admite que es divertido, anda. —lo codeo suavemente aún riendo por su reacción tan valiente
—Ja, ja.
TaeHyung sonrió por la pequeña discusión de sus amigos antes de recordar algo importante. Miró el reloj sobre la chimenea notando que no faltaba nada para que la hora llegará, así que soltó una maldición tomando las manos de sus amigos.
—¡Vengan, vamos al jardín! —tiró de sus brazos para llevarlos a rastras debido a que corría como si su vida dependiera de ello. Eso realmente confundió al par de amigos
