★: capítulo veintiuno

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—¿No es maravilloso? La ciudad en su máximo esplendor, parece que el sol estuvo de nuestro lado éste día

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—¿No es maravilloso? La ciudad en su máximo esplendor, parece que el sol estuvo de nuestro lado éste día. —exclamó fascinada mientras bajaba del avión con los lentes puestos siendo acompañada de un apresurado hombre que buscaba seguirle el paso—EunWoo.

—¿Sí, Majestad? ¿Se le ofrece alguna cosa? ¿Tiene calor? ¿Hambre? Puedo conseguir lo que desee.

—Sí necesito algo. —el más joven la observó muy atento, preparado para correr si era necesario—Que te relajes, son vacaciones.

—Sabe que nunca puedo tomar un descanso, el deber me llama, vivo para servirle.

—Enserio debo darte más vacaciones. —comentó viendo al hombre inclinarse con respeto

Cha EunWoo, un hombre de no más de 27 años. Llevaba alrededor de 7 años en su puesto como Duque de la Reina y siempre había sido muy servicial con ellos, amaba su puesto, aunque a veces solía ser muy compulsivo y trataba de estar al pendiente de que no les faltara algo.

—¿Sabes si llegó el auto que va a llevarnos?

—¡Ahora mismo revisaré, Majestad! —salió corriendo lejos de su vista haciendo reír a ambos reyes, incluso a HyeJin que estaba tranquila revisando los trámites con el Hotel desde su tablet.

Pero cómo resultaba divertido ver a EunWoo corretear si necesitaban algo.

Mientras tanto, aún dentro del avión, se encontraban un par de adolescentes acomodando sus cosas en sus respectivas maletas, ó al menos uno.

JungKook suspiró una vez listo antes de alzar su mirada al pequeño bulto bajo la manta, cosa que lo hizo sonreír con ternura. Parecía ser que alguien aún nadaba en el mundo de los sueños o eso aparentaba estar haciendo.

—Uhm, ¿no crees que ya es hora de levantarse? —preguntó al somnoliento castaño, claro que sabía que estaba despierto desde que dejó de abrazarlo, el sueño se le quitaba si no tenía algo en sus brazos. Sólo que aún no estaba lo suficientemente levantado como para moverse de su cómodo asiento.

—5 minutos más. —balbuceo hundiéndose bajo la manta una segunda vez al fastidiarle la luz del sol

—5 minutos más y estarás solo en éste avión mientras yo recorro París. ¿Te gusta la idea?

TaeHyung gruñó tiernamente bajando la manta sin abrir los ojos aún, aunque bien sus cejas estaban fruncidas con notable molestia y un puchero en sus labios.

—No me pongas esa cara, no funcionará. —comentó dejando la maleta lista en el suelo

—La anterior vez funcionó.

—Porque la anterior vez no estábamos durmiendo en un avión. —se dejó caer en su asiento una vez revisó que todos estuvieran lo suficientemente distraídos para ignorarlos, y en efecto, la servidumbre que los acompañaba estaba correteando por todos lados con las maletas de cada uno—Mi amor, debes levantarte o me obligaras a hacer eso. —TaeHyung bien sabía a qué se refería con "eso", así que no había razón para mencionarlo

𝗶 𝗵𝗮𝘁𝗲 𝘆𝗼𝘂, 𝗹𝗼𝘃𝗲 𖥔 kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora