𝘊𝘳𝘪𝘮𝘴𝘰𝘯 𝘞𝘰𝘭𝘧 «𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪»

𝐗𝐗𝐈𝐗

Algo de lo que siempre se quejaban y usaban para sacar provecho sobre él cuando estaba en la manada del sur, es esa nobleza que parece venir adherida a sus huesos desde su nacimiento. Atsushi solía escuchar muy a menudo cosas como que era muy inocente, por perdonar fácilmente a los cachorros mayores que solían gruñirle, morderlo y excluirlo del grupo por el color de su pelaje. Quizás el rencor y el odio no están hechos para él.

⠀⠀Así que reconoce esa mirada extrañada en el rostro de Sigma, puede entrever la confusión en sus ojos cuando en lugar de reprocharle y despreciarlo, toma sus manos entre las suyas y hace el esfuerzo de sonreírle para que sepa que lo perdona. Sigma no puede comprenderlo. Ha llevado una vida difícil, siempre escondiéndose y con el miedo constante de que los atrapen y quieran extinguirlos. Pero ya no es un pequeño omega indefenso, es un adulto ahora, un poco mayor que el chiquillo de ojos bicolor frente a él. Y en el fondo, se avergüenza de ser más débil que Atsushi.

⠀⠀Hay algo primario y visceral que le grita que lo proteja, puede entender que este chico despierte ese instinto en los demás. Es tan menudo y es lindo, sentimentalmente hablando. Y Sigma sabe lo que es Shibusawa, sabe que hará lo que sea para cumplir su objetivo.

⠀⠀Es un tonto y está arrepentido. ¿Cómo pudo siquiera considerar que estaría bien con el alfa, su alfa, tomando a otro inocente omega y obligándolo a darle todos los bebés que quisiera? ¿Todos los que él no podía darle? Ahora que tiene a Atsushi entre sus brazos, con sus pálidas manos ensangrentadas, sus suaves dedos destrozados a mordiscos, le es inconcebible permitir que este plan siga.

⠀⠀Se ve reflejado a sí mismo (de hace tres años atrás, todo inocencia y carisma) en el chico. Antes de que su mundo se jodiera. Sigms sacude la cabeza para alejar esos pensamientos, necesita concentrarse en limpiar cuidadosamente sus heridas y luego de estar satisfecho con el resultado, consigue con qué vendar temporalmente sus dedos lastimados uno a uno, lo suficiente para que su organismo haga el resto y lo cure en las siguientes horas. Sigma le pregunta sobre si necesita algo más, todavía disculpándose ocasionalmente por su secuestro (la culpa lo tortura y entiende que se lo merece, así que hará todo lo que pueda por el chico, se lo debe), cuando una presencia inconfundible se asoma en la improvisada habitación y Atsushi se eriza gruñendo instintivamente.
⠀⠀

⠀⠀—¿Puedo interrumpir? Yo, eh, traje algo para ayudar al niño

⠀⠀—¡Kolya! Oh, gracias a Gea —Sigma estira sus manos hacia el otro albino y recibe un cuenco humeante para dárselo a Atsushi, que está todo tenso por la nueva presencia en la estancia—. Atsushi, este es Nikolai. No te preocupes por él, te prometo que no te hará ningún daño, excepto quizás matarte de aburrimiento con sus chistes sin gracia y sus adivinanzas auto-respondidas.

⠀⠀

⠀⠀Atsushi tiene sus dudas, obviamente. El tipo es alto y claramente es un alfa, pero contrario a Shibusawa que prácticamente babeaba al mirarlo, este chico parece más sereno aunque también es más intimidante. Sin quitarle un ojo de encima, acepta dudoso el cuenco que Sigma pone en sus manos cuando le avisa que es medicina para calmar los síntomas de su celo. Huele el contenido y no asocia el aroma con nada de lo que ha aprendido a través de los años que huela a peligro, antes de finalmente beberlo hasta vaciar el cuenco. Este tipo es alto, similar a lo que mide Dazai al parecer, e incluso emite un aura similar (gracioso, imponente pero amable). Tiene una cicatriz que cruza su ojo izquierdo desde la ceja hasta el pómulo y el ojo derecho es de un azul celeste tan claro como los reflejos de la luz en la nieve. Su sonrisa es amistosa y debe admitirlo, el alfa es atractivo.

⠀⠀

⠀⠀—Bueno, me iré ahora que has tomado tu medicina. Si necesitan algo, cualquier cosa, haganmelo saber.