𝐕𝐈𝐈

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Nunca en su efímera existencia Dazai había comido con tanta tensión apresando su cuerpo. En algún punto, dejó de comer porque sentía algo cerrada la garganta y se le dificultaba tragar, todo por la extraña escena que parecía sacada de algún show de marionetas mal narrado. No tiene idea qué es lo que tiene ese enano para ganarse a las personas, pero lo reconoce como una especie de encanto natural.

⠀⠀De algún modo, el pelirrojo conversa con facilidad con Mori mientras transcurre la cena y en algún punto, cuando ya no queda comida desde hace un rato y Elise se queja por el sueño, Dazai se retira para llevarla en brazos hasta su cama y al volver, encuentra al otro par compartiendo una copa de vino como si fueran amigos de toda la vida, hablando de cosas tan banales que no le apetece ni prestar atención.

⠀⠀Chuuya admite que es su primera vez probando el vino y que en verdad le ha encantado, algo en lo que ese par parece tener un afín en común que les da motivos para seguir su charla ya con la mesa vacía, ocupada solo por las copas y la botella de vino. Gin termina de limpiar con ayuda de Kyōka y Dazai acaba por decirles que pueden retirarse.

⠀⠀Su sorpresa solo se hace más evidente al notar que con dos copas ha bastado para que Chuuya empiece a reír sin mesura y hable de cualquier cosa con soltura, por lo cual en lugar de burlarse, acaba por disuadirlo de seguir tomando y le convence a duras penas de que es hora de dormir. Mori le parece extrañamente complacido con algo cuando se despide para ir también a descansar.

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⠀⠀—Que duerman bien. No hagan mucho ruido, no quiero que traumen a Elise. Oh, y asegúrate de que Chuuya esté muy cómodo. Buenas noches.

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⠀⠀Él se retira, dejando que un horrible escalofrío lo recorra hasta la médula por el tono que ha utilizado al insinuar fácilmente aquello con una sonrisa. Entonces cae en cuenta; ¿dónde va a dormir el enano?

⠀⠀Chasquea la lengua al notar ese detalle, sin entender cómo algo tan importante se le pudo pasar por alto. Naturalmente, no pretende compartir cama con el lobo rojo, como seguramente lo ha insinuado el viejo, pero tampoco es como si pudiera dejarlo dormir en una de las celdas del calabozo... Supone.

⠀⠀Termina por pasar uno de sus brazos por la espalda de Chuuya y se apoya de sus costillas para ayudarlo a permanecer de pie, mientras a trompicones lo saca de la cabaña en mitad de la noche. Ni el frío de la casi madrugada le borra la graciosa cara que hace mientras lo insulta por alejarlo de la botella, o lo tonto que actúa mientras se ríe de algo que no alcanza a entenderse de sus balbuceos.

⠀⠀Sus pasos se detienen en una pequeña cabaña casi detrás de donde vive Dazai, a unos escasos metros, tal vez cinco. Él creyó que aún le faltaban años para utilizar ese lugar, pero al menos, esto es una farsa y no está metiendo a su pareja de toda la vida aquí; o eso piensa.

⠀⠀La cabaña del líder siempre ha poseído una cabaña secundaria, casi fuera de la vista, que suele ser pasada de generación en generación, utilizada por el hijo mayor del líder para vivir con su propia familia hasta que herede el liderazgo. Mori ha tratado por cuatro años hacerlo entrar allí con una potencial pareja y en todas las veces, Dazai se ha negado a poner un pie dentro. No ha pisado esa cabaña desde que era un niño pequeño, antes de que Mori fuera líder.

⠀⠀Pero aquí está, entrando a dejar a un enano borracho ocupar la cama que algún día deberá utilizar para darle a Mori los nietos que lleva años esperando. Él se rie cuando rebota en el mullido colchón, porque todo permanece limpio y ordenado por órdenes del viejo, "por si uno de estos días accedes a casarte" es lo que le dice siempre.

𝘊𝘳𝘪𝘮𝘴𝘰𝘯 𝘞𝘰𝘭𝘧 «𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora