𝘊𝘳𝘪𝘮𝘴𝘰𝘯 𝘞𝘰𝘭𝘧 «𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪»

𝐈𝐗

Chuuya ha perdido la cuenta de los días que llevan en la manada del norte, pero podría apostar a que han pasado fácilmente dos semanas desde su captura, días más, días menos. Digámosle suerte al hecho de que ha podido ver a los chicos y explicarles la situación un poco. Bueno, más bien explicar lo que Dazai le ha permitido decirles por su propio bien, pues los ha dejado salir de su encierro bajo la misma premisa que ahora es la comidilla de la aldea; su supuesto cortejo.

⠀⠀Claro que Tachihara hizo un pequeño gran escándalo y Mark, ingenuo como es, lo felicitó de corazón como quien no ve la historia detrás del cuento. Lucy junto a Tanizaki intentaban que les contara todo sobre cómo atrapó entre sus redes a ese bastardo imbécil de Dazai. Pero al menos, aunque no tengan permitido abandonar la aldea y los vigilen todo el día mientras los ponen a trabajar como todo el mundo, ya no están encerrados bajo tierra.

⠀⠀Descubrió a Lucy y Mark demasiado contentos y pegados mientras les mostraban cómo atender los cultivos para recolectarlos antes del invierno, en especial ahora que las últimas hojas de los árboles caen secas cubriendo el suelo con la tristeza de su fin natural. Tanizaki al parecer se ha ganado una acosadora de nombre Naomi, que dice que lo adoptará como hermano, pero Chuuya está muy seguro de que en las noches se oye mucho tumulto en la cabaña de la joven beta y no es precisamente agradable de recordar. Tachihara hoy se ha ido temprano junto a una escolta de ocho lobos de la manada, porque Nakahara le ha pedido a Dazai que por favor le diera aviso a Kōyō sobre su estado; jamás creyó que diría que sí, incluso permitió que Tachihara se quede con ella ante la preocupación de Chuuya de dejar a dos omegas desprotegidos en un campamento durante el invierno.

⠀⠀Si es que Osaki cuenta como una omega desprotegida, claro.

⠀⠀Pobre el que se cruce con su katana.

⠀⠀Desde que esa comitiva se marchó, ha transcurrido otra semana. Fuera de eso, casi todo ha marchado con paz y normalidad, casi. Dazai ha estado actuando un poco extraño. Lo sigue molestando, eso no ha cambiado ni un poco, no desaprovecha ni una oportunidad por ponerlo de mal genio. Chuuya no comprende esa necesidad por ganarse su ira y la de todo el mundo. Pero cada vez que puede, pregunta sobre él, sobre sus gustos, si está cómodo en su cabaña y si necesita algo. Claro, él sigue quedándose en la cabaña principal.

⠀⠀Lo encuentra extrañamente atento en algunos momentos, e irritante el resto del tiempo.

⠀⠀Hoy a venido a buscarlo luciendo un llamativo kimono negro con una estela de piel rodeando el cuello de su sobretodo, negro hasta los hombros con un degradado blanco hacia el inferior, contrastando con el resto del kimono. Hilos dorados sostienen su sobretodo y un bello motivo de crisantemos, también dorados, adornan el final de la tela. Incluso está usando medias con las getas. La brisa se ha vuelto más fría estos días y comienzo a maldecir que la comodidad de mis nuevas ropas no me cubran hasta los tobillos.

⠀⠀

⠀⠀―Espero que tengas ganas de caminar, Chibi. Te llevaré a darle una vuelta a la aldea.

⠀⠀―No creo que haya nada nuevo que ver, si lo que tienes es ganas de que alguien te pasee como a un perrito, puedes buscarte a otro para eso.

⠀⠀―La mascota aquí eres tú ―le rebate, riéndose del intento de Chuuya por molestarle―. No por nada solo yo puedo quitarte esto ―señala, pasando sus dedos lentamente sobre el collar. Chuuya golpea su mano desviando la mirada, sintiendo el calor subirse hasta sus orejas. Por el coraje, jura que ha de ser.

⠀⠀―C-cállate. Solo vamos rápido, está enfriando afuera.

⠀