𝐗𝐕𝐈𝐈

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Chuuya se remueve incómodo en su lecho, como si la tela de la cama picara contra su piel. Ha estado sumamente incómodo y algo sensible estos días y sabe perfectamente la razón. Con un horror mudo, saca los cálculos que auguran la proximidad de su próximo celo. Falta como mucho un mes y hasta puede ser menos si a su cuerpo le da la gana. Dazai es ignorante a ese hecho, pero es como si su lobo lo presintiera, pues lleva varios días apestando la cabaña con su feromona entre bromas y burlas. En realidad, Chuuya no piensa que cuente como "apestar" si el aroma es de su total agrado.

⠀⠀Ha quedado la noche anterior con Atsushi de desayunar juntos y luego recorrer la aldea para ver a sus subordinados con el permiso de Dazai, pues hace mucho que no platica cómodamente con estos y el alfa no es muy asiduo de hacerle compañía junto a ellos. Está a punto de salir de la cabaña cuando el castaño en cuestión aparece tras la puerta, donde al parecer llevaba un rato postrado, pensando en si entrar.

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⠀⠀―¿Dazai? ¿Qué hacías aquí sin entrar? Bueno, no importa, hoy quedé en desayunar con Atsushi, así que si no te importa, mueve tu trasero, estorbas.

⠀⠀―No ―contesta a secas, enfocando su vista penetrante en los ojos de Chuuya. De la nada, sus feromonas chocan contra su olfato, algo que quizá no sintió al abrir la puerta debido a la brisa que soplaba antes y que ahora está ausente. Chuuya se tapa la nariz con la palma, tomado por sorpresa por el aire saturado en feromonas.

⠀⠀―Dazai, no sé qué se supone que haces, pero creo que no deberías estar aquí ahora...

⠀⠀―Estoy justo donde debería estar... Te deseo tanto. ―Sus ojos se tiñen de un brillante color ámbar que Chuuya reconoce como su lobo, ese con el que se había enfrentado dos meses atrás, al lado de aquel río que marcaría su vida desde ese instante. 

⠀⠀

⠀⠀Como el dueño de casa que es, Dazai avanza al interior a zancadas logrando que Chuuya retroceda casi por acto reflejo. Cierra la puerta sin siquiera voltear antes de seguir avanzando hasta el pelirrojo, que ilusamente huye subiendo por las escaleras como si pudiera escapar de él de ese modo. Su aroma comienza a inundar todo el lugar, sumado a que ya tenía días impregnando todo a su alrededor con su aroma sin decir una razón para ello (lo cual hace pensar a Chuuya para este punto que lo hacia inconscientemente), un acto instintivo de su lobo interior, ese que ahora mismo lo está devorando con la mirada mientras poco a poco queda a su merced al haberse metido voluntariamente a su habitación.

⠀⠀Chuuya podría abrir la ventana y con ayuda de su habilidad salir volando a través de ella. Y ser consciente de eso y de que sigue allí para cuando Dazai lo toma de la cintura, solo lo hace notar que no desea escaparse de él. Siente una especie de vértigo azotar en lo más bajo de su vientre cuando Dazai posa una mano en su nuca y se acerca despacio a sus labios, gesto que corresponde al ser él mismo quien finalmente une sus bocas. La percibe caliente al igual que todo su tacto, algo que reconoce como una fiebre y que sumado a lo potente de sus feromonas que lo seducen, le confirman que Dazai está en celo.

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⠀⠀―Dazai... Dazai... ―le susurra entre besos acalorados, sin obtener más respuesta que unos suaves gruñidos de su parte―. Osamu. ―Llamarlo por su nombre parece atraer su atención, ya que por un instante abandona la boca de Chuuya, solo para concentrarse ahora en su cuello, pero permitiéndole hablar al menos―. ¿Estás seguro de esto?

⠀⠀―¿No quieres...? ¿No te gusto? ―Dazai pregunta con lo que parece un atisbo de cordura de su parte, deteniendo sus acciones y posando su mentón en el pecho de Chuuya, mirando con sus pupilas grandes y dilatadas en su dirección: como un cachorrito pidiendo su atención. Pero aún son ámbares, un eterno recordatorio de que es su lobo interior el que habla por él y no su razonamiento.

𝘊𝘳𝘪𝘮𝘴𝘰𝘯 𝘞𝘰𝘭𝘧 «𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora