Lee Minho, un chico de 21 años, se pasa las noches en fiestas y el día en la cama, hasta el día en que su padre, el Doctor Bang, cansado de su vagancia, decide darle la tarea de cuidar de uno de sus jóvenes pacientes: Han Jisung, un chico de 19 años...
- ¿Qué? Pero si solo son 3 dólares - el contrario solo levanto los hombros - está bien, prueba con esta.
Después del tercer intento la tarjeta fue aceptada pero esto era extraño ya que gracias a su padre nunca había problema con el dinero, enojado por oír al joven que lo atendió decir "su tarjeta fue rechazada" demasiadas veces llamó a su padre.
- ¿Diga?
- ¡¿Cancelaste mis tarjetas?!
- Y no es lo único, de hecho, me sorprende que aún te sea posible hacer llamadas.
- Pero ¿Porqué?
- ¿El auto en nuestra piscina no te dice nada? Cómo sea, quiero que vengas a verme al hospital, te quiero aquí a las 6.
- Pero no tengo auto ni efectivo para irme en camión.
- ¿Y de quién es la culpa? Te quiero aquí a las 6.
- Pero...
Antes de que pudiera reclamar su padre ya había colgado, este solo soltó un suspiro y procedió a caminar hasta el hospital.
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La enfermera Sana caminó a la oficina del Doctor Bang pero al entrar se llevó una sorpresa al ver que esta se encontraba en completa oscuridad y una voz para nada conocida la recibió.
- Que bueno que llegaste, puedes quitarte la ropa para que te examine.
- ¿Disculpe?
- Es Minho, el hijo del Doctor, no le hagas caso - dijo su compañera, Chaeyoung, entrando al mismo tiempo que prendía la luz. El mencionado soltó una pequeña risa
- Mi padre me pidió venir ¿Saben dónde está?
- Viene saliendo de cirugía - dijo Sana después de dejar unos documentos en el escritorio y caminar hacia la puerta. Minho se levantó para seguir a la enfermera
- Tengo que decir que eres muy atractiva, a pesar de no tener sentido del humor.
- No me voy a acostar contigo.
- ¿Qué? - Minho se frenó haciendo que la contraria se frenará también.
- Conozco a los tipos cómo tú y soy muy directa cuando estoy cansada y para tu mala suerte hoy lo estoy. No me molestes.
Dicho eso pasó a un lado de Minho y siguió su camino, el contrario solo la siguió con la mirada. Se encontraba tan inmerso en sus pensamientos que no notó a su padre viéndolo.
- Minho - este movió su cabeza un poco para después ver a su padre - acompañame porfavor.
Minho solo lo siguió por detrás sin saber a dónde se dirigían. Después bajar unos pisos llegaron a un cuarto donde se encontraba un joven dormido en una cama con tubos y máquinas por todos lados.
- ¿Para qué me trajiste aquí?
- ¿Ves al chico? - Minho asintió - Su nombre es Jisung, padece de una enfermedad que lo tiene yendo del hospital a su casa todos los días, su padre dice que últimamente ha estado sin muchos ánimos, negándose a tomar su medicación y asistir a las citas medicas.
- ¿Tiene cura?
- No, solo podemos controlarlo pero no curarlo.
- Sigo sin entender que tiene que ver conmigo.
- Cómo dije, no tiene muchos ánimos, si no tiene ánimos no toma su medicación, si no no toma su medicación no se controla y si no se controla morirá. He estado pensando en que debe hacer cosas de chicos de su edad, convivir con gente de sus edad y necesito a alguien que me ayude con eso.
- Oh, entonces quieres que consiga a alguien.
- No, ya lo tengo, tú.
- ¿Yo? - dijo atónito - pero yo no sé nada, además no quiero.
- No recuerdo haberte dado opción.
- ¿Y que si me niego?
- Cuando regreses a casa encontraras tus cosas afuera, olvídate de tus tarjetas, del celular, de todo - dijo frío - es tú decisión Minho.
Chan salió de esa sala dejando sólo a un enojado Minho sin saber que hacer. Sabía que su padre hablaba enserio pero él hablaba más enserio cuando decía que no quería. Pero amaba el dinero y salir de fiesta, definitivamente era un tema que discutir con la almohada.
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