Jisung y Minho se encontraban despidiéndose de sus amigos y familia, recordándoles constantemente no olvidar tener mucho cuidado con la salud de Jisung que si bien estaba mejor, no estaba curado y aún tenía que tomar algunas medicinas.
- Mucha suerte, me avisan apenas lleguen, va para ambos - dijo Chan.
- Si, muchas gracias - dijo despidiéndose de su padre con un abrazo - Bien Sunggie ¿Nos vamos? - el menor asintió y entraron a lo profundo del aeropuerto.
Tuvieron que esperar una hora para poder abordar pero para ellos no era nada, siempre se las arreglan para matar el tiempo comiendo, jugando, hablando o simplemente con la compañía del otro.
Para este punto ya se encontraban en el avión, donde las sobrecargo estaba dando indicaciones en caso de un accidente lo que puso a Jisung nervioso ya que nunca había volado antes. Minho sin pensar dos veces tomo su mano y entrelazó sus dedos y con el pulgar acarició el dorso de su mano, Jisung lo miró y el mayor solo le dedicó una sonrisa, la cual le transmitía mucha tranquilidad a Jisung y fue suficiente para calmarlo.
Ya que era un viaje largo ya habían comido y ahora Jisung estaba durmiendo con su cabeza recargada en el hombro del pelinegro, quién no sabía si mirar la película que se estaba reproduciendo o al chico tan lindo que tenía a un lado durmiendo. Poco después Minho cayó dormido también, recargando su cabeza en la contraria.
Después de unas horas al fin habían aterrizado y ahora se encontraban en su destino, Orlando, un lugar que Jisung le comentó que quería visitar debido a los parques de diversiones que había en ese lugar.
Buscaron sus maletas y ahora estaba en un taxi camino a su hotel, y Jisung no hacía más que mirar por la ventana asombrado ya que en verdad nunca había salido de su ruta diaria del hospital a su casa y vice versa. Llegando al hotel les fue entregada la habitación, una suit bastante grande y elegante al parecer de Jisung. Ordenaron un poco de comida, tomaron una ducha y ahora estaban acostados uno al lado del otro con la tele encendida.
- Min.
- ¿Hhm?.
- Gracias.
- ¿Porqué?.
- Por todo lo que estás haciendo por mi, de verdad el estar a tu lado hace mis días mejores. Cada día ha sido el mejor desde que te conocí, solo gracias por hacerme feliz.
Minho sé sintió conmovido y no pudo más que besar a Jisung ya que las palabras no eran suficientes, era un beso que transmitía las emociones de ambos jóvenes, un beso que los hacia sentir que solo existían ellos dos y nadie más en el mundo, un beso que después de unos minutos fue subiendo la intensidad y a ninguno parecía molestarle.
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Haz me volar: Minsung
RomanceLee Minho, un chico de 21 años, se pasa las noches en fiestas y el día en la cama, hasta el día en que su padre, el Doctor Bang, cansado de su vagancia, decide darle la tarea de cuidar de uno de sus jóvenes pacientes: Han Jisung, un chico de 19 años...