Dieciocho

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¿Qué diablos estoy haciendo?

En lo profundo de su mente consumida por el alcohol, una migaja de sentido común le preguntaba a gritos a Taehyung, aporreando su conciencia. Todo eso huyó en el mismo momento en que ella bajó su lengua hacia su polla.

Había tenido la intención de asustarla, apartarla a empujones. Pero Ivy no había escapado. En lugar de eso, había respondido a cada una de sus preguntas con ese dulce acento de Jeju que lo ponía duro. Le había contado cómo se había sometido a los dedos de Jimin y a la boca de Jungkook. Mierda, Taehyung podía imaginarlo, podía verse allí, observando, con la lengua femenina azotando su polla. Aunque se estaba tambaleando al filo de la navaja, sabía que debería alejarla a la fuerza. En lugar de eso, presionó para lograr más.

—Si vas a aprender cómo chupar una polla, entonces por Dios, seré el hombre que te enseñe.

Ella lo miró con sus ojos grandes y asintió. Joder, Ivy lo calentaba.

—¿Y ahora qué, señor?—suspiró.

—Lame la punta. —Dios, él era un hijo de puta, pero iba a disfrutar cada segundo de esto.

La lengua rosada asomó de esos labios exuberantes, del color de las cerezas. La polla de Taehyung avanzó sacudiéndose y se estiró hacia ella como si la maldita cosa tuviera mente propia. Esto era un error, pero su polla quería a Ivy. ¿A quién estaba engañando? Su alma también quería a Ivy. Solo su cerebro tenía mejor criterio.Con indecisión, ella se inclinó. Taehyung sintió su aliento en la punta hinchada. Cada músculo de su cuerpo se tensó. La espera era pura tortura. Taehyung sabía que sus hermanos habían pervertido por completo a Ivy anoche, pero cuando ella lo miró con esa mirada inocente, todo en lo que podía pensar era en que sería el primer hombre en su lengua. Lo lamió lentamente, como un cono de helado en un día de verano. Luego se echó para atrás, esperando, sin saber. —Más, Ivy. Lame todo el glande. Mételo en tu boca. —Ella había respondido de manera tan bella a sus órdenes antes, que él ahora endureció la voz. La hizo más grave e implacable.

Casi al instante, esa lengüita se movía por toda la punta sensible de su polla. Taehyung apretó los dientes cuando el fuego crepitó por su columna. El deseo le escaldó. Dulce Ivy, tan sumisa, tan dispuesta. Él nunca había tenido el deseo de tener una mujer que lo llamara señor, o había ardido por zurrar su culo y observarlo sonrojarse bajo su mano. Ivy cambió todo. Taehyung podía visualizarla atada y tan confiada en espera de él. Sería un hermoso espectáculo. Ella trabajaba su polla con besos y pequeños lengüetazos suaves como mariposas. Era demasiado confiada. No confiaría en él en absoluto si lo conociera por dentro. Y sus hermanos nunca lo perdonarían. Mierda, no debería hacerle esto. La orden para detenerla estaba posada en la punta de su lengua pero entonces Ivy lo tragó, casi hasta el fondo de su garganta. Él siseó y gimió. Se sentía tan bien. Había tenido mujeres haciéndole una mamada más veces de las que podía contar, entonces ¿por qué la boca inexperta de Ivy hacía que se tambaleara?

Bajó la mirada hacia su polla que desaparecía en su virginal boca. Sus ojos estaban cerrados, su cara casi beatífica. Había esperado tanto tiempo para tocarla. En el instante en que se conocieron, supo en algún nivel que su bondad y su luz era la reflexión perfecta de su alma horrible y oscura. Si él fuera un hombre mejor, entonces podría haberla merecido. Si fuera un hombre mejor, entonces removería cielo y tierra para hacerla sublimemente feliz. Pero este momento robado sería la única vez que la tocaría.

—Toma más, cariño. Puedes tomar todo de mí. Métetela. —Taehyung suavizó la voz, pero enredó las manos en su pelo, agarrando puñados. Largo y suave, el cabello de Ivy era el asa perfecta para asirse mientras le follaba profundamente la boca, abriéndose paso centímetro a centímetro, de manera deliciosa. —Respira por la nariz, Ivy. Puedes hacerlo.

Cautiva - jjk; kth; pjm [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora