Dos

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—¿Qué mierda?

Todo lo demás que estaba a punto de decir se perdió cuando Taehyung vio lo que se había desparramado del sobre. Fotografías de Ivy. Frunció el ceño. Diez fotografías, todas de su cuerpo bellísimo usando creaciones preciosas, llenas de encajes en colores suaves que mostraban sus pechos turgentes y su culo hermoso. En una, una toma de su trasero, no llevaba puesto absolutamente nada. Tae dejó escapar el aliento y su polla se puso dura con la imagen.

Jungkook se levantó, mirando con atención las fotografías sobre el escritorio.

—¿Qué es eso?

Tae tuvo un repentino deseo de ocultar las provocativas tomas. En lugar de eso, miraba echando chispas por los ojos. A veces, Tae era conocido por tener modos originales de resolver un problema. Jungkook le había dicho que tenía un plan. ¿Esas fotos formaban parte de ello? ¿O era la forma inmadura de Tae de involucrarlo en su retorcido arreglito?

—¿Quieres explicar esto? —Empujó la imagen menos seductora de Ivy sobre el rostro de Jungkook.

—Esto es Ivy. ¿Qué diablos? —Jungkook agarró la foto.

—¿Qué está pasando?—preguntó Jimin, su voz se alzaba alarmada en el teléfono—. ¿Qué quieres decir con “Esto es Ivy”?

Jungkook se quedó con la mirada clavada en Taehyung, su rostro tomando esa misma expresión en blanco que había tenido durante los primeros dos años después de que Taehyung y Jimin lo hubieran encontrado en una casa de acogida. Había sido el hijo no planeado de su padre o no deseado. Incluso había sido pura casualidad que Taehyung y Jimin descubrieran su existencia.

—¿Crees que yo haría esto?

La cabeza de Tae registró el tono de indignación de su medio hermano, pero la furia lo dominaba.

—¿Sabes lo que Ivy te podría hacer si se enterara de esto? Podría llamar a la policía y yo la dejaría. Y tu táctica enfermiza no va a funcionar. Podrás poder meter a Jimin en tus perversiones, pero no pienses que podrás hacer lo mismo conmigo.

—Maldita seas, Taehyung. ¿Por qué dirías eso? —Jimin cerró de un golpe una puerta y Taehyung supo que su hermano estaba en camino.

Jungkook prácticamente irradiaba furia. Era un enorme toro humano, y Tae sospechaba que estaban a punto de tener la pelea que siempre había sospechado se avecinaba. Jungkook se cernió sobre Tae, los puños apretados y listos, pero se detuvo. Los hombros de Jungkook se relajaron y su cara se convirtió en una máscara de insípida cortesía.

—Escucha, Taehyung. La única razón por la que no estoy saliendo por la puerta en este instante es porque quiero a Ivy a salvo. Después de que averigüe quién la está acosando y que me asegure que no lo pueda volver a hacer, me iré. No tendrás que ocuparte de este bastardo perverso nunca más. Pero la próxima vez que tu conciencia de niño rico te controle, no te atrevas a venir a buscarme.

Taehyung miró las fotos de nuevo y se dio cuenta que había cometidos varios errores terribles. Había estado tan preocupado por ellas que no había tenido tiempo de mirar realmente el sobre. No había sido dirigido a él, sino a la propia Ivy. No había sellos delante. Algún hijo de puta había entrado en su oficina, se había parado en su escritorio y se había asegurado de que recibiera su “regalo”.

Jungkook dio la vuelta a una de las fotografías y la golpeó contra el escritorio de Tae con un ruido contundente.

Eres mía.

Las palabras amenazantes habían sido escritas con un marcador rojo como la sangre, el color un marcado contraste con el blanco del papel fotográfico.

—Esto no es una broma que urdí para engañarte a que te unas a nosotros. ¿En verdad me estás acusando de ser un acosador y tratar de aterrorizar a la mujer que amo? Y sí, amo a Ivy. No lo dije porque eres un verdadero coñazo para manejar la situación. Voy a averiguar lo que está pasando y cuando me vaya tengo la intención de llevármela conmigo. Y tú, hermano mayor, puedes irte a la mierda por lo que a mí respecta.

Jungkook giró sobre sus botas y se dirigió dando zancadas hacia la puerta.

Él trataba de detener la sensación nauseabunda en su estómago mientras todo lo que Jungkook había dicho lo abatía.

—¿Qué coño hiciste, Taehyung? —preguntó Jimin con voz apenas audible sobre el ruido del tráfico.

Taehyung refrenó el deseo de agarrarse la cabeza con las manos. Había manejado todo mal.

Pero esa era la historia de toda su puta vida.

—Trae tu culo aquí ahora, Jimin.

Colgó el teléfono y no pudo evitar clavar la mirada en las fotos delante de él. Ivy estaba en su dormitorio y las fotos obviamente, habían sido tomadas desde lejos. Tenían una calidad granulada. En la mayoría, Ivy estaba leyendo o mirando la televisión en su diminuto dormitorio. En dos de ellas, llevaba un camisón, pero la mayor parte la mostraban con un sujetador de encaje y unas bragas apenas existentes. Tan jodidamente hermosa. Ella escondía ese cuerpo debajo de ropas casi informes y siempre mantenía su pelo en una coleta. En las fotos, su abundante cabello color miel caía debajo de sus hombros en ondas sueltas.

Amaba la que estaba recostada en la cama con el teléfono en la mano y una sonrisa en el rostro, como si estuviera riendo. Sus ojos brillaban y esa sonrisa podría iluminar el mundo entero. El reloj junto a su cama indicaba las diez de la noche. Taehyung recordaba haber llamado a Ivy alrededor de esa hora unas pocas noches atrás. Él había perdido un número de teléfono importante. Ella se había burlado de él por sus habilidades organizativas.

¿Así era como se veía cuando hablaba con él? ¿A medio vestir, los labios carnosos dándole la bienvenida? Joder, explotaría la próxima vez que tuviera que llamar a su casa.

Taehyung dio vuelta la foto.

No permitas que esos hermanos pervertidos te toquen. Eres mía.

Empujó a un lado la foto y se levantó. Ivy estaba en peligro y él estaba poniéndose duro mirando la evidencia. ¿Qué clase de hombre era? Ya lo sabes, le dijo esa voz. Sabes exactamente qué clase de hombre eres, cabrón.

Era un hombre que acababa de apartar a su medio hermano a un lado en una de las formas más crueles posibles. Apartaba a empellones a todo el mundo. Y ahora iba a perderlo todo si no lo aclaraba.

No esta vez. Maldita sea, iba a hacer las cosas bien.

Taehyung iba y venía mientras esperaba a Jimin con un plan ya elaborado

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Cautiva - jjk; kth; pjm [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora