Trece

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Ivy sintió a Jimin deslizarse a sus espaldas. Sus manos le rozaron las caderas y ella sintió dulces movimientos de excitación.

-Dime que nunca te han besado, Ivy. -El aliento de Jimin era caliente en su nuca.

Estaba atrapada entre dos cuerpos duros y no podía dejar de temblar.

-Me han besado, Jimin. Soy virgen, no monja.

-¿Quién te besó? -preguntó Jungkook, su boca cerniéndose sobre la de ella. Estaba justo allí. Tan cerca.

-Kim Yeonjun me besó en la reunión social de la iglesia detrás de los olmos. Usó la lengua y no me gustó. -Había habido algunos otros muchachos. Ella había salido en pocas ocasiones en la escuela secundaria y una vez en la universidad, pero había sido difícil. Su familia le demandaba mucho tiempo. La habían invitado a salir un par de veces desde que se había mudado a Seul, pero siempre había contestado que no. Se había dicho a sí misma que era porque estaba muy ocupada, pero ella sabía la verdad. Había estado esperando a estos hombres.

-Hmm, ¿crees que podemos cambiar su opinión sobre los besos, Jimin?

Las manos de Jimin subían veloces por su torso, peligrosamente cerca de sus pechos.

-Hagamos un intento y veamos que sucede.

Los labios de Jungkook tocaron los de ella y se dio cuenta que esto no iba a ser algún precursor negligente del acontecimiento principal. Su boca jugó con la de ella, rozando antes de alejarse. Le mordisqueó los labios, inflamándola, haciéndola desear muchísimo más. Una y otra vez presionaba sus bocas mientras Jimin le besaba la oreja. ¿Quién podría haber adivinado que su oído tenía tantas terminaciones nerviosas? Jimin estaba encendiendo cada una de ellas.

Ivy abrió la boca. Deseaba a Jungkook más profundo.

-¿Qué quieres, cariño? -La grave risita que retumbaba en el pecho de Jungkook le dijo a Ivy que él ya lo sabía.

-Bésame.

-Eso hago. -Él comenzó ese juego exasperante en su boca otra vez. Tentándola, pero nunca cumpliendo cabalmente-. ¿Sigue sin que te guste besar?

-A sus pezones le gusta. -Jimin pasó rozando sus pechos, la punta de los dedos moviéndose sobre las puntas tiesas.

Ivy boqueó y trató de respirar, pero las sensaciones se precipitaban por ella, salvajes y eléctricas. Nunca había conocido nada igual. Señor, anhelaba más.

-No estoy besando sus pezones. Al menos no todavía -puntualizó Jungkook-. Estoy besando su bonita boca.

-Pero no con tu lengua. Quiero tu lengua. -Sus mejillas se calentaron con las palabras, pero maldito sea, la estaba haciendo esperar.

-Bueno, si eso es lo que quieres. -Jungkook la sujetó con más fuerza y tomó el control del beso. Él le separó los labios con los suyos y su lengua se deslizó dentro, bailando contra la de ella. Se le doblaron las rodillas mientras todo su cuerpo se derretía. Sí. A ella le gustaba besar. Un montón.

Jungkook la incitaba mientras Jimin dejaba que sus manos vagaran por todas partes. Retiró la bata prestada. El aire fresco circuló sobre su piel, el cual fue rápidamente reemplazado por una quemazón que le robó el aliento cuando Jimin le pellizcó los pezones.

-Hermano, creo que es mi turno. -El gruñido bajo de Jimin hizo que su corazón latiera errático y ligero.

Jungkook la besó una última vez, antes de girarla hacia Jimin.

-Que nunca se diga que no sé compartir.

Ivy se sentía deliciosamente lánguida. Esto era exactamente lo que anhelaba. Ahora que estaba allí, se sentía segura, cuidada. Estos dos hombres podrían ser sobreprotectores, pero ahora entendía que se preocupaban por ella tanto como ella por ambos. E Ivy se regocijaba con eso.

Cautiva - jjk; kth; pjm [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora