Capítulo 3

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Romina.

Me acerqué a la multitud de personas que se encontraban a su alrededor mientras se encontraban tomando una ronda más de shots. Puse los ojos en blanco mientras empujaba a las personas que estaban en mi camino para alcanzar a Jonathan en un segundo. —¡Oh, miren quién está aquí! — escuché un grito proveniente de una voz que reconocía con los ojos cerrados, Jack. Lo miré por un segundo con mirada severa y luego desvié la mirada hacia Jonathan quien me miraba perplejo.

—Y ahora, nos vamos. — lo tomé del hombro y lo traje hacia mi. El rápidamente buscó con la mirada a Christopher quien se encontraba alrededor de dos mujeres. —Y tú. — lo señalé con mis uñas largas. — Dame tu celular, ahora. — grité, debido a que la música impedía escuchar claramente lo que una persona decía a otra.

El hizo un mohín y me dio la espalda para ignorarme. — Vamos Romi, quédate un rato, no arruines la fiesta, estamos celebrando algo muy importante y... — comentó un Jonathan claramente ebrio.

—No me interesa. — Jonathan se hizo a un lado y caminé hacia Christopher quien estaba feliz entre mujeres. Lo tomé del brazo y lo giré hacia mí. Su sonrisa se borró en un segundo y suspiró largamente. Las chicas que se encontraban a sus lados me miraron de una forma no muy grata. — Ustedes, lárguense de aquí.

—Quién te crees que eres ¿su novia? — yo ignoré sus palabras ¿no me conocen estas chicas? Es tan extraño.

—Quiero hablar contigo. — grité directamente hacia Christopher. Él negó con la cabeza y rió fuertemente.

—Chicas, ignórenla, es sólo un estorbo. — puse los ojos en blanco. Dirigió la mirada hacia mi y recitó: —Cualquier asunto relacionado con el trabajo, estoy disponible de 9:00 hrs a 15:00 hrs

Nefasto.

Las chicas rieron y yo no pude evitar esbozar una sonrisa de incredulidad. — Hermano. — sabía que esa palabra lo enfadaría, ya que no acostumbraba a utilizar esas palabras para referirme a él y claramente, esto era incómodo para ambos. —No me importa lo que tú hagas con tu vida, pero a Jonathan no lo metas en problemas con nuestro hermano mayor.

Cringe. Mucho Cringe. Pero tenía que hacerlo.

Él se volteó molesto, pero una de las chicas que estaban con él se me acercó. — Eres Romina Rickford, hace mucho que no sé nada de ti, lo único que he visto es tu cara en las noticias y revistas.

¿Y eso qué? Pensé. Realmente me importaba un bledo lo que esta mujer haya visto de mi, en este momento, necesitaba reprender a Christopher y quitarle el celular para eliminar la fotografía que estaba en redes sociales y después ocuparme de que todas las revistas de espectáculos eliminaran de sus encabezados al rey de la fiesta junto con la foto ridícula.

—Hace tanto tiempo que no sé nada de ti ¿Acaso no me recuerdas? — parpadee sorprendida. — Estuve presente el día que ocurrió aquel incidente, por el cuál... —

Mi mente se volvió en blanco y todo comenzó a llegar como pequeños flash backs del momento en la fiesta junto con muchas personas a mi alrededor. Pude recordar el rostro de la mujer que se me acercó en un nano segundo, sin embargo, en ese momento estaba tan ebria y drogada que no recordaba del todo. Pero si podía recordar esa sonrisa y su mirada color azul que ahora mismo me miraba fijamente.

Empecé a temblar mientras escuchaba lo que ella decía, sin embargo, al notar que me paralizaba ante sus palabras, ella se interrumpió a sí misma y me miró con una mirada llena de pena.

¿Cómo supo todo?

—Me voy. — dije rápidamente, dejando de lado lo incómoda que se sintió la situación y me voltee sobre mis talones para dirigirme a la salida.

Rotos en mil pedazos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora