Hera +21

CAPÍTULO 5

Operación: Rescate

Hera

Bajo del hummer a toda prisa y en la puerta de la bodega de almacenamiento me encuentro con cuatro soldados. Quienes apenas me ven me dedican un saludo militar.

—¡Mi General!

—Descansen solados

Me importaría muy poco dejarlos en posición de firmes, pero no soy tan hija de puta, ya que yo también fui soldado y se a la perfección lo que es tener superiores altaneros. Que si me vieran a horita sabrían de antemano lo cabrona que soy.

—¿Quién está a cargo?

—La teniente Pall

Samantha Pall

Al parecer Red si cumplió su capricho.

Paso de los solados y al interior me topo a tres soldados de espaldas. Y enseguida reconozco a la teniente, gracias a su uniforme.

—¡teniente Pall!

La susodicha pega un respingón en su lugar al igual que sus acompañantes.

—¡directora!

—Mi general -saludan los otros dos.

—¿Qué necesita?

—Los misiles balísticos.

—General, estamos haciendo el inventario, pero solo hay tres.

—Son de prueba general -menciona la sargento a su lado.

—Losé soldados, así que empáquenlos.

—Pero directora, aún no, se prueban -alega la teniente-

—Yo lo haré -exclamó-

Muy poco convencidos buscan las cajas y las suben al Hummer.

—Mi secretaria le firmara la orden de salida. -les informo antes de subir al todo terreno.

━━━━━━━✪✪✪✪✪✪✪━━━━━━━

El resto de mi tarde la dispongo para mis pendientes dentro de la central y para coordinar el viaje hacia la central polaca. Quienes ya esperan con ansias a su nuevo coronel.

Aguardo mis objetos personales en la maleta mientras el teléfono de mi oficina suena.

—¿Qué pasó Mónica? -respondo al último tono-

—General el vuelo sale en 30 minutos.

Cuelgo el teléfono y salgo.

—Recuerda cancelar toda mi agenda

—Claro, pero el director de estado pide hablar con usted y al parecer es urgente ya que ha venido cuatro veces en la última hora.

—Dile que se siente tardare 2 días.

Le respondo antes de que las puertas del elevador se cierren. Al llegar a la planta baja del edificio administrativo me dispongo a salir lo más rápido que puedo.

—¡General! Acaso pretendía irse sin hablar conmigo -pregunta ofendido el viceministro-

—Claro, pero al parecer no se pudo -susurro, pero no lo suficientemente bajo-

—¿Perdone?

—¿Qué se le ofrece director?

—No es ético someter una votación y no estar presente en ella y aún más si son sus hombres a cargo.

—viceministro, tengo cosas más importantes que hacer, que simplemente ver una votación.

—Una votación que le compete más a usted que a mí.