Sex and Threesomes | NoRenMin

Capítulo XV.

Lo sujetaba con un fuerte agarre, estaba enojado y el Omega no entendía el por qué.

—Esto va demasiado rápido, ¿No lo crees?

El Omega tomó el resto de la soda tirandola en la basura cerca de ellos.

—Mi madre me dijo que no tenía nada de que preocuparme.

Jaehyun rió, aunque la risa que surgió de él no era una dulce.

—Te conozco por años, ¿Y ahora aceptas salir con ellos pero conmigo no? Te he regalado flores, te he invitado a salir, ¿Qué mierda hice mal?

—Estoy enamorado de ellos, pero no siento nada por tí, ya te lo había dejado claro varias veces y por eso me había distanciado. Estás siendo innecesariamente molesto.

—¡Claro que estoy enojado!

—¿Qué hay de TaeYong hyung? Creí que empezaban a ser algo.

—TaeYong no es nada.

Renjun miró por el pasillo, ya habían varias personas viendo la escena.

—Estás llamando la atención, baja la voz.

Jaehyun tomó un respiro soltando su brazo se alejó de él.

—No vengas llorando cuando ellos te abandonen. Te dejas llevar mucho por las apariencias, Renjun.

Este alzó una ceja.

—Sí, lo he notado.

Salió de la universidad sin mirar atrás y continuó agarrando trasportes públicos, llegando al apartamento en cuestión de casi una hora. Jeno y Jaemin estaban ocupados, según él. Jeno tenía clases al igual que Jaemin así que lo más probable es que no llegaran hasta la noche, por esa razón Renjun no se molestó en llamarlos.

Tomó una larga ducha y se aplicó crema en el morado que tenía en el brazo. No sabía cómo ocultar la marca del agarre de Jaehyun, así que utilizaría camisas manga larga hasta entonces, agradecía que últimamente estuviese lloviendo e hiciera frío.

Escuchó el sonido de la puerta y corrió a “su habitación”, poniéndose rápidamente un suéter ancho no tan caluroso, buscó ropa interior cómoda decidiendo no usar pantalones porque le daba pereza buscar un par.

—Supongo que Renjunie está aquí. —Escuchó desde la sala de estar.

El lobo interno de Renjun saltaba y gozaba de gusto en su interior al detectar el aroma de uno de sus alfas.

—¡NaNa!

El alfa lanzó su mochila a una de las sillas del comedor y lo recibió con un abrazo.

—¿Dónde está Jeno?

—En media hora debería volver. —Respondió el menor antes de robarle un beso.

Sintió la nariz de Jaemin oler su cuello, seguido de una leve presión ahí.

—¿Ahora te puedo marcar?

—No, quiero que Jeno esté.

—Pero tienes un muy bonito cuello, le hace falta una marca.

—No, alfa.

—Injunie...

Le dió un último beso en la mejilla y se separó de él, dirigiéndose a la cocina para sacar vegetales y carne de la nevera.

—Sin embargo, me gustaría que alguien me ayudara con la cena.

—¿Qué haré? —Preguntó Jaemin abrazándolo por la espalda— También puedo comerte, no tengo problema.