C A P Í T U L O 6

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Sentí mi teléfono vibrar en mi bolsillo, quizás esta fuera la decimoquinta vez en tan solo dos minutos que llegaba una nueva notificación. Y es que todos mis contactos solo hablaban de una cosa.

El asesinato a Jean D'Lacos.

La noticia ni siquiera se había lanzado oficialmente. Claro que había rumores. Todos vieron a la policía ingresar al Easter High, las ambulancias rodeando el lugar. El pueblo entero hablaba sobre como sacaron un cuerpo envuelto en mantas blancas. Cuestionándose quién sería la persona debajo. Solo Natalie, los familiares de Jean y yo sabíamos lo ocurrido, al menos fuera del campo policíaco.

Pero ahora el asesino había decidido dar la noticia por sí mismo.

Claro que las cuentas fueron dadas de bajo de inmediato. Pero el morbo movía a toda una generación, descargando las fotos y difundiéndolas antes de que pudieran eliminarlas. Con una dirección ip irrastreable completamente anónima y suiza, según le informaron a Alex, el asesino cumplió su objetivo.

Todos vieron la tortura de Jean D'Lacos.

La primera foto retrataba el principio, cuando apenas lo había secuestrado. No había marcas en su cuerpo y parecía inconsciente. Apenas iluminado con luces de neón moradas en lo que parecía un lugar abandonado. En la segunda Jean ya estaba golpeado, con la sangre corriendo por su mandíbula y una expresión de completo terror. En la tercera estaba en una bañera con agua helada, mientras su rostro estaba oculto.

Y no quise ver nada más.

No tuve el estomago para ver las demás fotos. Sabía que iría empeorando, una tras otra, hasta llegar a aquella que no pude evitar. El resultado final. La obra maestra.

El cuerpo de Jean, desnudo, sin ojos, sin vida... Justo en el campus donde una vez me atrapó a mí. Exactamente en el mismo lugar donde él me llevó a rastras, mostrando mis cicatrices. El lugar que aún se repetía en mis pesadillas.

—Alex —hablé, armándome de valor—. Esto es peor de lo que pensaba.

Habíamos decidido tomarnos unos minutos. Él salió del restaurante, mientras hacía llamadas a todos sus compañeros. Lo había observado a través de los cristales, mientras se frustraba más y más a cada segundo. Su equipo seguía analizando las imágenes y buscando alguna pista, mientras él regresó a la mesa, luciendo abatido.

—No esperaba que filtrara por sí mismo las fotos —asintió.

Se veía cansado. Claro, estuvo trabajando desde la primera hora en el caso, sin siquiera tener un tiempo para respirar o pensar. Quizás por eso me estaba ignorando levemente, sin prestarle atención a mis palabras.

—No, eso no...

—¿Qué pasa?

—Este asesinato... Hay algo terriblemente oscuro detrás. No es solo un asesinato a sangre fría es morboso, es personal.

No quería tener que decirlo. Respiré profundo, intentando organizar mis ideas. Tenía que ser lo suficientemente clara para dar mi punto, pero a la vez cautelosa. Lo que menos quería era un cartel luminoso sobre mi cabeza con un sospechosa escrito en el.

—Es pasional.

—Es más que eso —intenté explicar, bajando el tono de mi voz—. ¿Ves esto? —señalé al teléfono, notando que mi mano temblaba—. El asesino dejó a Jean en el campus. Justo en el campus. No fue en la entrada, donde más personas podrían verlo, ni en el comedor.

—Lo veo, Grace.

Ignoré su actitud, dándole una mirada de advertencia. Con cansancio, soltó un suspiro y se acercó un poco más a mí, mirando con atención la pantalla de mi celular.

El asesino de Easter High (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora