Desperté debido al dolor de cabeza que me atacó incluso entre sueños. Por un segundo, el techo desconocido sobre mi cabeza me desconcertó, pero pronto todos los recuerdos inundaron mi cabeza.
Me encontraba apenas cubierta con una bata y las sábanas del hotel, en una cama que me resultaba cómoda.
Por un momento me sentí avergonzada, porque eso significaba que Alex me había cargado en sus brazos hasta dejarme en la habitación, mientras yo estaba semidesnuda y profundamente dormida.
Pero luego pensé que no había nada que él no hubiera visto antes, así que no me permití agobiarme más por eso.
Me levanté a duras penas, dirigiéndome hacia el baño. Luego de tomar una corta ducha, siguiendo las indicaciones del doctor, busqué por la habitación algo que ponerme.
Fue a un costado que encontré algo que reconocí como mi maleta.
Sonreí por lo bajo al verla. Alex de seguro la había traído consigo en medio del caos. Al menos no tendría que seguir de exhibicionista por toda la ciudad.
Vestida con unos jeans desgastados y una camiseta de mi banda favorita, sentí mi estómago rugir así que, sin nada más que hacer, tomé mi teléfono y bajé a buscar algo con lo que alimentarme.
—¡Grace!
Escuché a Mike gritar apenas bajé al lobby del hotel.
Antes de darme cuenta, ya estaba siendo analizada de arriba abajo. Su mueca de preocupación casi me hace sonreír, pero luego recordé todo lo que había pasado el día anterior.
Alex había dicho que no debía informarle a nadie donde me hospedaba, pero ahora él mismo incumplió con su orden, pues Mike Davis estaba justo frente a mí, mirándome como si quisiera montarme en su hombro y desaparecerme de la ciudad, esconderme en algún lugar seguro.
—Estoy bien —intenté sonreír, pero algo me dijo que no lo había logrado del todo.
Podía entender su preocupación. Yo misma estaba alterada, incluso si quería fingir que no importaba.
—¿Estás segura? Está bien decir que no estás bien, Grace.
Su tono fue un poco condescendiente, como si estuviera hablando con una niña chiquita que no sabía lidiar con sus emociones.
A sus ojos lo era, después de todo.
No importaba el tiempo que pasara, él siempre intentaría cuidar de mí como un hermano mayor.
Y yo se lo agradecía, internamente.
Me guio hacia el restaurante dentro del hotel, ayudándome a sentarme en la mesa más cercana al verme con dolor. El jean era ligero, pero flexionar mi pierna era doloroso.
—Mike, entiendo tu preocupación, pero estoy bien. Quizás estoy un poco asustada. Impactada, tal vez...
—Busqué por todas las cámaras de tu calle —confesó, con una mueca—. Todos los vídeos desaparecieron mágicamente.
—¿Qué?
—No estoy seguro, pero creo que nuestro asesino hackeó el sistema de la ciudad y accedió a las cámaras. Todos los registros sobre tu calle desde hace al menos dos días desparecieron.
No pasé por alto que me hablaba justo como cuando mi padre vivía, como si estuviera informándome del caso.
Fruncí el ceño, con incomodidad. Algo en sus palabras me alertó.
—¿Dos días? ¿No solo los de ayer?
—No. ¿Por qué?
—Porque eso quiere decir que estaba siendo vigilada.
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El asesino de Easter High (+21)
Misteri / ThrillerEl primer cuerpo apareció sin ojos. El segundo apenas se podía llamar un cuerpo. Al tercero le faltaban todas las extremidades. Al cuarto sólo encontraron su cabeza. El quinto sigue desaparecido. ¿Qué tienen en común? Todos ellos eran alumnos del E...