Capítulo 1

1K 67 2
                                    

Tras haber terminado una llamada telefónica con su ex esposa, Seungho seguía preguntándose ¿Cuándo llegaría el momento en que pudiera hablar con esa mujer sin tener una discusión? Es decir ¿Qué más quería ella? Tenía el dinero de la pensión mes con mes como lo había señalado el abogado después de su separación. Ella fue la triunfadora obteniendo la custodia de su hija pequeña, mientras él sólo tenía oportunidad de verla una vez por semana.

A decir verdad, era frustrante tener que llamarla cada semana para acordar la hora en que podía pasar a recoger a la pequeña dado que la mujer siempre tenía asuntos pendientes y había semanas en que lo dejaba sin esa convivencia.

Seungho actualmente se desempeñaba como un escritor de reportajes sobre política, nada llamativo después de haber tenido una exitosa carrera como abogado, pero ya le daba igual todo, su sueldo alcanzaba para la pensión que el juez marcó y con lo poco que le quedaba podía vivir con las comodidades básicas.

Esa mañana tuvo un presentimiento desde muy temprano "No sería un buen día" ahora resultaba que su ex mujer le pidió cambiar el día para ver a su hija y entonces la vería en domingo, no en sábado. Así que con aburrimiento dejo la comodidad de su sofá y salió a revisar el buzón de la correspondencia encontrándose con las cuentas de siempre; el pago de la luz y el agua, un estado de cuenta de su tarjeta de crédito y un sobre con un remitente extraño, un domicilio que ni siquiera conocía, entró a su casa lanzando los sobres encima de una pequeña mesa y fue al refrigerador para tomar una cerveza, encendió el televisor sin mostrar especial interés a lo que decían en las noticias y se concentro en ese sobre. No sabía de qué podía tratarse dado que nunca le llegaba algo diferente a su correspondencia habitual. Parecía tratarse de una nota, la primera frase fue suficiente para despertar su curiosidad y leer sin detenerse.

Pronto voy a morir

Sé que debe sorprenderle recibir una nota como esta, pero deme una oportunidad.

Mi nombre es Baek Nakyum, tengo 21 años y me encuentro en el pabellón de la muerte, hace dos años que un jurado me declaró culpable en dos casos de homicidio en primer grado, me atribuyeron la muerte de un hombre y una mujer, el fiscal a cargo presentó una gran cantidad de evidencia circunstancial y aún así bastó un juicio de tres semanas, nadie se aseguró de confirmar la confiabilidad de los testigos que seguramente fueron pagados por la defensa. Sólo piénselo: un chico universitario, nada de pruebas sólidas y un montón de testigos que no hicieron más que mentir ¿Le parece justo?

Le tengo miedo a la muerte, tengo miedo de morir de esta manera. El abogado a cargo de mi caso fue un abogado que me otorgó el estado, mi madre murió a causa de todo el estrés durante mi juicio ¿Le parece justo? Sé que mi caso puede ser apelado, he leído sobre leyes, conozco de estos temas y me he informado bastante. No tengo dinero, no tengo manera de comprobar mi inocencia, pero tengo mucho que contar y me gustaría tener un poco de ayuda.

He decidido contactarlo a usted porque conozco de su trayectoria, se dé su preparación y su profesionalismo, sé que si alguien en el mundo podría ayudarme es usted.

Se lo pido, ayúdeme, no quiero morir, no quiero perderme de tantas oportunidades que ofrece la vida para superarme, quiero terminar una carrera universitaria, quiero volver hablar con mi hermana y quiero poder gritarle al mundo que soy inocente. Ayúdeme, ayúdeme por favor, sólo usted puede hacerlo.

Decir que eso lo hacía sentirse extraño sería quedarse muy corto, Seungho se sentía terriblemente confundido ¿Por qué alguien pediría su ayuda? A él, al hijo de un fiscal que hizo todo para declarar a un hombre culpable asegurándose de que recibiera la sentencia de muerte y muriera con una inyección letal comprobándose después que era inocente gracias a la declaración del verdadero culpable.

Irreversible (Pintor Nocturno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora