Capítulo 14

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2 años atrás

Jihwa

Estaba teniendo una noche de mierda, para su mala suerte ya pasaba de las tres de la mañana y el no era bueno para desvelarse. De todas formas, tenía que hacerlo, solía dejar todo para el final y al día siguiente tenía mil tareas que entregar a los profesores que le dieron un plazo de tiempo determinado. Hacia mucho que su mamá se había ido a la cama y a él no le gustaba sentir que estaba solo en casa, por eso, aunque fuera más incómodo, se fue a su habitación y trabajaba con la laptop en su cama.

Él era excelente para hackear los servidores de la universidad, podría hacer eso y ponerse la calificación que él quisiera, pero aún tenía cierto grado de moralidad que le impedía usar sus habilidades para cosas incorrectas y socialmente inaceptables.

Unos fuertes golpes en la ventana le hicieron sobresaltarse. Joder, si que Nakyum le acababa de dar un susto de los buenos ¿Quién demonios aparecía casi a las cuatro de la mañana de esa forma?

Dejó la cama y fue hasta la ventana para dejar entrar a su amigo.

Nakyum no decía nada, luchaba por recuperar el aliento como si hubiera corrido durante un tiempo, las manos le temblaban y estaba cubierto en sudor.

—Oye— estaba por tocar su hombro, pero Nakyum le apartó la mano y se puso a caminar en círculos.

—Ella quería ayudarme, ella no lo pensó. Me estaba ayudando... todo estará bien, sólo debemos ganar tiempo. Es mejor si esta muerto, es mejor si esta muerto, es mejor si esta muerto— de la nada se había sentado en el suelo cubriendo y descubriendo sus oídos mientras repetía lo mismo una y otra vez. Lo hacía fuerte, sus movimientos iban aumentando de intensidad poco a poco y la forma en que se golpeaba se volvió violenta rápidamente.

—Espera... ¡Basta! Carajo ¿Qué tienes? — le sostuvo los brazos y Nakyum comenzó a llorar.

—Mi mamá— dijo histéricamente y Jihwa comenzaba a temer que su madre despertara y llegara de pronto encontrándolos ahí—. Ella lo mató.

—¿Qué? — Jihwa no entendía nada, pero sabía que nada bueno podía estar pasando.

—Ella apareció esta tarde. Nunca acostumbra llegar a esa hora.

—No te estoy entendiendo Nakyum.

—El imbécil creyó que era buena idea cogerme en la cocina. Genial idea— le hablaba sin mirarlo, en todo momento miraba hacia el suelo. Se mordía las uñas y se arrancaba pequeños mechones de cabello. Jihwa llevaba un tiempo viendo que Nakyum no estaba del todo bien. A veces parecía desconectarse de la realidad, a veces decía las cosas a las que le temía e incluso había comenzado a pensar en el suicidio. Pero verlo así, pero tan fuera de sí, nunca fue un escenario que hubiera creído posible.

—Nakyum...

—Lo golpeó en la cabeza— señaló su cabeza—. Lo golpeó fuerte con una cosa que estaba en la cocina. Murió al instante. No quiero que vaya a la cárcel. Ella quería ayudarme. ¡No! Ella es mala, ella nunca me ayudó. Hace seis años que he soportado ese infierno, ella nunca hizo nada. Pero es buena, es mi mamá. Pero es una perra, es una pesadilla tenerla como madre, siempre priorizó su relación con ese tipo por sobre el bienestar de sus hijos ¡La odio! ¡La odio! En serio la odio tanto.

Jihwa estaba abrumado. No sabía que hacer, ese era sin dudas el discurso más irregular que le había escuchado decir a su amigo. No entendía lo que trataba de decirle, no podía descifrar si quería ayudar a su madre o si le deseaba el mal.

Dio un paso hacia atrás, se alejó de él. No es que le tuviera miedo, pero en ese instante era muy impredecible todo.

—Nakyum ¿Qué quieres hacer?

Irreversible (Pintor Nocturno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora