∂íα 8 | αυ ¢αƒєтєяíα

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Todoroki ha escuchado algunos cuentos de personas que aseguran quedarse dormidas de pie. Su mente estuvo trabando por días preguntándose a que se referían exactamente; sin embargo, ahora que parpadea somnoliento, sintiéndose más cansado que de costumbre, cree que realmente podría dormir mientras está parado.

Había escuchado muchas advertencias a lo largo de su vida, revelando que tan difícil sería la vida universitaria, lo poco que dormiría y lo frustrante que podía llegar a ser. Le tomó tiempo descubrir que no siempre tiene que ser así. El esfuerzo y el interés traían resultados que lo llenaba de alegría y orgullo, siendo una motivación para seguir.

Pero esa semana no era el caso. Ya ni siquiera se esfuerza en arreglarse o tomar notas organizadas. Se concentra en entregar las asignaciones y en el tiempo libre es que puede repasar las clases, por lo general en la biblioteca o... en la cafetería frente a la universidad.

Cuando entra, el sonido de una pequeña campanita es lo primero que lo recibe, seguido del distintivo olor a café. La mayoría de las mesas estas ocupadas por todos los que vienen de la universidad a despejar sus mentes con agradable música, preciosas decoraciones que se esparcen por toda la cafetería dando un ambiente hogareño.

Todoroki avanza hasta llegar a la barra, donde afortunadamente queda una silla disponible junto a la pared y un enchufe, no podría pedir algo mejor.

—¡Hola! —Izuku está frente a él en segundos. Una sonrisa emocionada decora su rostro y por momentos se siente avergonzado de su rostro con ojeras, agotado y cansado, cosa que parece no molestarle en absoluto—. ¿Cómo estás? ¿Lo de siempre?

Shoto asiente —contento de que lo recuerde, incluso si es porque está a punto de mudarse a la cafetería considerando lo recurrente que son sus visitas—, mientras admira sus ojos. Ama sus ojos. En menos de dos minutos tiene el café que ha estado deseando desde la mañana, cuando entró a su primera clase.

Apoya el mentón en su mejilla mientras revisa las actividades que le faltan de la semana. Tendrá que mudarse a la biblioteca si sigue así.

El tiempo pasa y no tiene idea de cuando se quedó dormido, tampoco le importa mucho si eso significa despertar con una suave mano en su rostro que luego pica dos veces su mejilla y el sueño se esparce con rapidez.

—Gracias por esperarme —Izuku sonríe—. Pareces muy, muy cansado, ¿dormiste algo ayer?

Todoroki niega con un bostezo, mientras se levanta de su asiento y toma sus cosas con torpeza. Mientras se acercan a la salida, nota que tiene su bolso colgando únicamente de un hombro, su celular en la mano y...

—¿Tu suéter?

—Aqu- ¡Cierto, cierto!

Sin darle tiempo a Shoto de parpadear, sale disparado y vuelve de la misma manera en menos de un minuto.

—¡Ahora sí! —Izuku guarda su celular mientras toma la mano del bicolor cuando ambos salen de la cafetería—. ¿Te quedas conmigo? —Pregunta en un susurro. No hace falta alzar la voz con tanto silencio a su alrededor.

Todoroki asiente con un bostezo. Luego siente a Izuku halar de su mano y lo complace volteando hacia él.

—¿Almorzaste?

—Lo olvide —Admite luego de unos segundos.

Izuku frunce su ceño y torpemente saca algo de su bolso antes de extendérselo.

—Puedes comer esto mientras —Le pasa un pastelito de chocolate—, no es mucho pero puedes comer en el camino.

Shoto lo toma agradecido y ocasionalmente lo extiende hacia el peliverde, quien toma pequeños bocados con la intensión de dejarle la mayor parte. Solo puede pensar en que necesita dormir. Y en que Izuku es demasiado para el mundo.

Gentle | TodoDeku Fluff Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora