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Todoroki caminó a través de la sala hasta uno de los muebles en donde tenían una pequeña pecera. Tomó un poco de su comida y tan pronto como la espolvoreó en el agua, los pececitos nadaron con entusiasmo hacia la superficie. Una vez satisfecho, prendió una pequeña lámpara que compraron específicamente para ellos de color azul.

Se dirigió hacia el otro lado de la sala con un bostezo y se acercó hacia los interruptores para apagarlos, dejando la sala en oscuras con únicamente la luz azul de la pecera como fuente de iluminación. Complacido, paseó por el resto de la casa cerrando algunas ventanas y apagando el resto de las luces, dejando únicamente encendida la del pasillo que da con su habitación.

Entra a la habitación con pasos silenciosos y cierra la puerta tras él, lentamente. Se acerca con calma a la cama—buscando no tropezar en la oscuridad con algunas prendas esparcidas por el suelo—, y se congela en su lugar una vez que está a centímetros de ella.

Midoriya tiene entre sus brazos una almohada enorme, a la que se aferra como si de eso dependiera su vida. Todoroki rueda los ojos y se inclina hasta que puede desenroscar los brazos y sacar la almohada de él. Tan pronto como termina, con una mano levanto la sabana y con un movimiento ágil se desliza entre los brazos del pecoso, acomodándose con pequeños brincos hasta que sus cuerpos encajan perfectamente.

Probablemente, en un rato, el brazo comenzará a dolerle, pero por ahora, solo se va a dejar llevar por el sueño con la suave respiración del más bajito en su cuello.

Gentle | TodoDeku Fluff Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora