Gentle | TodoDeku Fluff Month 2022

∂íα 4 | ¢ι¢αтяι¢єѕ

No es la primera vez que sucede. Todoroki se ha acostado en otras ocasiones sobre la hierba, completamente expuesto al sol. Es una de las cosas más relajantes que siempre espera cuando ambos van a comer a ese restaurante que está cerca del parque central, mismo en donde van a reposar y tomar un helado antes de finalmente dirigirse a casa.

En su opinión, es una de las actividades más simples que trasmite las mejores sensaciones; siempre y cuando no tenga pantalones a las rodillas y una franelilla que deje sus brazos más al descubierto de lo que debería estar si va a realizar una actividad como esa. No puede evitar que su piel expuesta le reclame con ronchas rojas cuando las pequeñas hojitas pinchan y las hormigas hacen de las suyas.

Midoriya está sentado con las piernas cruzadas a su lado, disfrutando su helado de chocolate. Tiene la mirada en Todoroki, disfrutando internamente de su sufrimiento mientras lo disimula con una expresión divertida y comprensiva. De alguna manera, es el único de los dos que puede comerse un helado sin volverse un desastre y manchar su rostro, ropa o lo que sea que alcance.

Termina de comerse el cono —lo último que quedaba del helado—, se levanta para apoyarse sobre sus rodillas y se inclina hacia él con un movimiento rápido.

—¿Qué...?

—Es que, tienes algo... —Izuku acortó la distancia y murmura más para él mismo que para Todoroki—, en el rostro. Umm, algo aquí...

Se inclina por completo y roza con su pulgar la frente de Shoto unas cuantas veces, al parecer, removiendo algo que el bicolor paso por desapercibido.

Al principio deja de respirar y cierra sus ojos con fuerza por puro instinto. Luego, intenta abrir sus ojos, aunque solo termina abriendo uno, dejando el otro como si estuviera guiñando.

Izuku se demora menos de diez segundos, aun así Shoto no puede evitar apreciar como puede ver la dedicación y la concentración en su mirada, incluso haciendo una tarea tan sencilla como esa. El resto de su rostro esta sereno y suave, demostrándole que el gesto es genuino.

Puede ver sus labios entreabiertos, se ven tan suaves y no sabe si es por naturaleza o algo más —tampoco le importa—, solo quiere rozarlos con los suyos y comprobar si aún saben a chocolate y que tan amargo es este.

Siente sus manos callosas por el trabajo, con cicatrices de cada una de sus batallas. Cada momento en el que dejó todo en sus peleas con tal de cumplir su labor. Esas manos que se han arriesgado sin dudar miles de veces para salvar a otros, ahora están en su rostro —bueno, frente—, trabajando con una suavidad inimaginable.

—Gracias, Izu.

Midoriya se retira y sonríe levemente cuando está satisfecho. No está preparado cuando Todoroki decide saciar sus dudas y se sienta por completo, se inclina hacia él y toma su rostro con suavidad mientras se acerca cada vez más.

Sonríe ligeramente cuando es Izuku quien decide acortar la distancia, apoyando su mano en su hombro y posteriormente viajando hasta que está sosteniendo su mandíbula. Todoroki apenas sonríe entre el beso mientras ladea ligeramente su rostro, solo para probar bien y tener una mejor critica del sabor.

Cuando se separan, la única prueba de su roce inocente es el sabor del helado que ambos comparten en sus labios.

—También quiero un helado de chocolate.

—No sabía que te gustaba el chocolate amargo —Izuku ríe y... Dios, Shoto podría escucharlo reír todo el día.

—Ahora sí.