∂íα 29 | αмιgσѕ ∂є ℓα ιηƒαη¢ια

31 3 0
                                    

Izuku caminó por la playa, totalmente confiado de que su nuevo amigo lo estaba siguiendo. Se detuvo por un momento cuando un grupo de niños mucho más grandes que él, se atravesó en su camino riendo y gritando. Se giró mientras esperaba a que terminaran de pasar, para revisar que su amigo aun lo estaba siguiendo.

Frunció sus labios e hizo una pequeña rabieta al descubrir que no estaba atrás de él. Corrió de nuevo tan rápido como pudo, esquivando a los más grandes que lo miraban como si fuera una hormiguita hasta que llegó a las piedras, donde él estaba jugando con un cangrejito.

Se agachó hasta su altura y tocó su hombro, llamando su atención por segunda vez. Decidido, lo tomó de la mano y lo arrastró de nuevo hasta llegar al puesto de su mamá y su tía.

—¡Mamá! ¡Mira lo que encontré! —Izuku gritó mientras arrastraba al niño sin importarle o fijarse como se tropezaba con los juguetes de plástico—. ¡Mamá!

—¿Qué encontr...? —Inko se giró hacia él y se detuvo al ver que de hecho no era un "que" sino un "quien"—. Se dice "quien", cariño.

—¿Quién, qué?

—¿A quién encontraste?

—No sé —Izuku admitió luego de unos momentos de pensarlo. Se detuvo un segundo y se giró hacia su amigo—. ¿Cómo te llamas?

—Shoto.

Izuku asintió y se giró hacia su mamá.

—¡Se llama Soto!

—Es Shoto.

—Es un gusto, pequeño —Inko saludó con dulzura.

Shoto no tuvo momento para responder cuando fue jalado por Izuku, quien corrió hacia la orilla con dos cubetas y palas que el bicolor no había notado.

—¡Toma! —Izuku le paso una color naranja—, ponle agua, Soto.

—Es Shoto —Murmuró antes de tomar la cubeta.

—Ahora toma esto —Izuku le pasó una pala y comenzó a cavar.

Todoroki se dejó caer en la arena y copió su acción, ambos terminaron haciendo un pequeño hoyo, luego tomaron las cubetas y vaciaron agua en el.

—¡Ahora tenemos...! ¡Una piscina!

—Ya no —Shoto señaló el hoyo, que tenía las paredes húmedas y apenas un poco de agua, asegurando que había desaparecido.

Inconformes, ambos corrieron hacia la orilla a tomar agua nuevamente y repitieron el proceso, solo para obtener el mismo resultado.

——♦——

Touya no era un niñero. Si quisiera ser niñero, tendría el don de la paciencia y buscaría un trabajo de niñero. Pero no tiene ninguno de los dos, así que no entiende por qué está siendo arrastrado por su hermano pequeño, asegurando que "el agua desaparece".

Casi tropieza con una señora por seguirle el paso; sin embargo, lejos de importarle al niño, solo siguió jalando su mano hasta un punto cerca de la orilla.

Touya observó hacia los lados hasta que jalón en su pantalón lo hizo mirar hacia abajo, donde dos pares de ojos lo veían con esperanza, como si fuera la respuesta a todos sus problemas.

—¿Qué? —dijo con fastidio cuando se agachó a su altura.

El peliverde tomó una de sus cubetas y echó agua en el hoyo. Igual que hace un rato, el agua simplemente "desapareció" y ante eso, los ojos curiosos volvieron a estar en él.

—¿Por qué? —preguntaron.

—¿Por qué, qué?

—¿Por qué desaparece?

—Un duende se la lleva.

Ambos pequeños se miraron entre ellos, como si pudieran compartir un pensamiento sobre si creerle o no. Parece que decidieron no creerle.

—"Desaparece" —dijo finalmente, haciendo comillas con sus manos—, porque se filtra.

Ambos soltaron un "Aah" mientras tomaban las palas y comenzaban a echar más arena en el hoyo.

—Mierda —Susurró para sí mismo, golpeando su frente—. ¡¿Qué hacen?! —preguntó cuándo alguno de los dos, tiró arena y de alguna manera le cayó en la cara.

—Pa' que no se flirtre.

—Filtre.

—Ah. Para que no se flirtre.

—¡Así la estas filtrando más!

¡No le grites a tu hermano!

Bendita sea la audición de su mamá.

—¿Qué es eso? —la voz del pequeño pecoso llamó su atención.

Izuku se acercó al hoyo e intentó quitar una mancha naranja, hasta que se movió y chilló mientras salía corriendo.

Touya lo agarró con maldad en su rostro y se lo pasó a Shoto.

—Anda a llevárselo —le dijo, poniendo un pequeño cangrejo en sus manitos, quien lo agarró con cuidado—, anda. Se le olvido.

Shoto se levantó de su lugar y corrió tras el peliverde por algunos minutos, esquivando las cosas que le lanzaba mientras se acercaba.

Touya disfrutó por al menos cinco minutos mientras el corazón inocente de su hermano perseguía a su amiguito, preso del miedo. Al menos hasta que su madre se dio cuenta. Pero valió la pena.

Gentle | TodoDeku Fluff Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora