𝙀𝙨𝙚 𝙢𝙖𝙡𝙙𝙞𝙩𝙤 𝙖𝙥𝙤𝙙𝙤:

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Te despiertas en una cama vacía, comienzas a luchar contra las sábanas, hasta que finalmente, te rindes y te quedas allí sin poder hacer nada, mirando los techos increíblemente altos.

"Muñeca".

El apodo se repite sin cesar en tu cabeza, haciéndote temblar mientras imaginas a James susurrando en tu oído. Tocándote. Besándote. Miras hacia abajo, sorprendida por el charco entre tus piernas. Todo por pensar en él, te ríes al darte cuenta del desastre que eres.

Sin embargo, te encanta.

Te encanta la forma en que tu espalda se arquea con su toque. Te encanta la forma en que susurra tu nombre.

Te encanta todo.

De repente, escuchas un fuerte golpe desde la cocina. Tu corazón se acelera mientras te levantas de la cama, buscando una posible arma, comienzas desesperadamente a buscar algo para usar de defensa, miras a través de su mesita de noche y sacas una navaja.

Cuándo lo tienes en tus manos, caminas de puntillas por el pasillo con nada más que las sábanas de seda blanca que cubren tu cuerpo.

-"¿Aideen?"— su voz profunda te hace dar un pequeño brinco.

Giras la cabeza y ves a James parado frente a ti con solo una camisa de vestir negra desabrochada y sus boxes, levanta una ceja y toma rápidamente la navaja que tenías en tus manos.

-"¿Y qué crees que estás haciendo?"—

-"Posiblemente matando a alguien..."—

-"Ese es mi trabajo, no el tuyo"— dijo en lo que se acercaba peligrosamente a tu cara.

-"Realmente..."—

James comienza a mirarte de arriba abajo, notando cómo las sábanas abrazan cada centímetro de tu piel, mostrando tus hermosas curvas, da un paso adelante, sus grandes manos agarrando la parte superior de las sábanas y de un solo golpe, la seda blanca cae al suelo, revelando tu cuerpo desnudo.

Sus ojos recorren cada centímetro de tu piel, mirando de arriba abajo, su mirada nunca deja la tuya mientras su mano va bajando poco a poco, haciendo que tu piel hormiguee con excitación.

Mira tus labios, se inclina y deja que su cálido aliento toque tu piel, sus labios se deslizan sobre los tuyos, provocándote, dejándote con ganas de más, sin embargo, su boca va más abajo de tus labios, lamiendo tu cuello, saboreando tu piel, deja un rastro de besos y mordidas en tu cuello, provocando qué saliera un pequeño jadeo de ti. Cierras los ojos, permitiéndote llevarte a algún lugar lejos de aquí...

Su cálido aliento contra tu cuello hace que tu respiración se acelere y sientes que tu corazón está apunto de salir de tu pecho, sin previo aviso, te arroja sobre su hombro y comienza a subir las escaleras, sin perder tiempo una vez dentro de su cuarto empezó a besarte violentamente.

Sueltas una risa nerviosa cuando te avienta a la cama, tu cuerpo revolotea por él, anhelando cada toque suyo, su dedo provoca tu entrada, y un suave gemido escapa de tus labios, hundiendo su dedo profundamente dentro de ti, haciéndote retorcerte de placer.

A medida que su dedo comienza con sus movimientos, sonríe ante tu excitación, yendo más rápido, más fuerte, curvando su dedo mientras toca tu punto. Tus paredes se aprietan más fuerte alrededor de su dedo, escuchando un gruñido bajo de él.

-"Dios, eres tan apretada, muñeca..."—

Suspiras por el apodo. Solo el sonido de su voz hace que quieras más. De repente, saca su dedo y te sientes increíblemente vacía, frunciste ligeramente el ceño solo por un momento hasta que vuelve a besar tu cuerpo, dejando pequeñas marcas donde pasaban sus labios.

Marcándote como suya.

Justo cuando crees que no puedes esperar más, él empuja profundamente su longitud, haciéndote llorar de placer, sus movimientos son rápidos y fuertes mientras que gimes en su oído, en lo que clavas tus uñas en sus espalda, dejando marcas en su piel.

Marcándolo como tuyo.

Sientes que tus paredes se aprietan con fuerza a su alrededor mientras él te lleva al límite, cada parte de tu cuerpo se siente completamente excitada por sus movimientos. Sin que te lo esperes, cambia de posición, ahora que estás arriba, a horcajadas sobre él, comienzas a mover tu caderas, mientras sus manos exploran tu cuerpo.

James desliza sus manos hacia la parte posterior de tu cuello, llevando tu cabeza contra su pecho mientras que él vuelve a tomar el control de la velocidad. Su dominio sirve como un recordatorio de su verdadera naturaleza. Sus movimientos despiadados casi hacen que tus ojos giren hacia la parte posterior de tu cabeza de placer, casi haciéndote perder el conocimiento.

Clavas tus uñas en sus hombros, encendiéndose por completo, solo le toma un momento antes de que se corra dentro de ti, llenándote hasta el borde.

Te acuestas sobre su pecho durante lo que se siente como el infierno, en lo que tratas de recuperar tu respiración, enredados entre las sábanas en medio del remolino de sudor, mientras que James envuelve su brazo alrededor de ti, cierras los ojos, exhausta por todo lo que acababa de pasar.

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Abres los ojos lentamente y te das cuenta que apenas está amaneciendo, tus ojos recorren su mesita de noche en busca de la navaja de antes, sin perder tiempo en envolver tus diminutos dedos alrededor del mango de cuero. Te das la vuelta para echar un último vistazo a James antes de recoger la pila de ropa del suelo de mármol y salir corriendo de la mansión, sin importar que una vocecita en tu mente te diga que te detengas.

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Espero que les gusto el capitulo y recuerden votar....

Sin más ❤️

The J.B. Mission (Bucky Barnes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora