royally pleasure, hyunin.

19

Jeongin tuvo dolor de cabeza cuando abrió los ojos, pero manos suaves colocaron algo húmedo y fresco en su frente. Él sonrió, alcanzando esa mano.

—Hyunjin.

El calor de la mano le dijo que no era Hyunjin antes de que abriera los ojos.

Era Minho.

Minho le sonrió.

—Supongo que preferirías que estuviera aquí.

Jeongin dejó caer su mano.

—Me alegro de que estés aquí, también.

Lo estaba, pero habría sido más feliz si hubiera sido Hyunjin. No es que alguna vez se lo dijera a su amigo, por supuesto. Minho también tenía que saberlo. La mirada en sus ojos era demasiado fácil de leer cuando llevó la tela a su cubeta de agua helada, la empapó, la vació y luego la puso sobre la frente de Jeongin.

—¿Qué pasó?

—Aparte del hecho de que te golpeaste la cabeza cuando ese vampiro te atacó, no mucho.

—No deberías hablar así—Jeongin cerró los ojos y suspiró. —Hay orejas por todas partes.

—No me importa. No se les permite tratarte así.

Jeongin abrió los ojos.

—Estoy arruinando sus planes e insultando a su familia, el honor y la existencia y toda esa otra mierda que les importa tanto.

—No estás haciendo nada mal, —soltó Minho—Si son insultados por ti, es su culpa.

¿Estaba sentado en la cama? Él estaba. Jeongin no podía creerlo. Minho estaba sentado en la cama junto a él. ¿Cuánto tiempo había estado aquí?

—Cuando crecía, mi padre siempre me decía que nadie puede lastimarme o insultarme sin mi permiso. Estos tipos no son simplemente anticuados, Jeongin. Quieren controlarte. Quieren controlarme. Quieren controlar a su propia clase, y cuando te pronuncias un poco, uno de ellos pierde su mierda y te da una patada en la cara.

Jeongin se tensó, llevándose la mano a la boca, asegurándose de que todos sus dientes todavía estuvieran allí.

Suspiró, aliviado cuando los sintió. Minho se echó un poco hacia atrás.

—¿En serio? ¿Eso es lo que te preocupa? ¿Un vampiro podría haberte arrancado la garganta y te revisas los dientes?

—Los dientes son importantes.

—Podrás pagar nuevos dientes, pronto.

—Oh, cierto. Lo olvidé.

—¿Te olvidaste? —Minho sonaba escandalizado. —Cómo podrías olvidar... no importa. Sé cómo. Porque estas personas te estresan demasiado. Se aseguran de que trabajes cada segundo de cada día para ganar ese dinero.

Jeongin sintió que el calor se apresuraba a su rostro, recordó que Hyunjin había descubierto algo de lo que le había dicho a Minho

—No quiero hablar de eso.

Minho lo miró y alcanzó la mano de Jeongin.

Jeongin sabía que no debía dejar que el chico la sostuviera, pero de repente, realmente necesitaba un amigo, por lo que apretó la mano de Minho casi tan fuerte como Minho la apretó a cambio.

—Odio esto tanto.

—Lo sé, —dijo Minho, acercándose cada vez más. —Mira, solo olvida el dinero. Voy a abandonar este lugar pronto. Quiero mudarme a algún lugar, a un lugar agradable.