royally pleasure, hyunin.

05

Todavía estaba oscuro cuando Jeongin escuchó unos golpes en alguna parte. Él gimió, pensando que era su alarma. Podía dormir a través de su despertador sin problemas, por lo que siempre activaba varias alarmas la noche anterior a la hora de levantarse temprano.

No, esta no era su alarma. También hubo gritos.

Una maldición sonó a su lado. Sonaba como Hyunjin, y...

Jeongin abrió los ojos de golpe, levantándose, despierto, a pesar del ardor en sus párpados, y Hyunjin parecía haberse metido las piernas en los pantalones cuando la puerta finalmente se desbloqueó y se abrió.

Múltiples personas pululaban dentro. La habitación se iluminó con luz. No la luz natural del sol, sino la luz artificial de los pasillos.

Las luces debían atenuarse más durante la noche, y se pusieron un poco más brillantes durante el día para simular el espectáculo del tiempo.

Era de mañana. Un rápido vistazo al reloj en la mesita de noche de Hyunjin lo confirmó.

Santa mierda. En realidad, había pasado la noche aquí, y ahora la madre, el padre, la hermana de Hyunjin y algunas otras personas estaban de pie con la boca abierta en la puerta de la habitación de Hyunjin.

Todos miraron a Jeongin, y se dio cuenta de que todavía tenía el torso desnudo. Desnudo bajo las sábanas. Gracias a Dios, tenía las sábanas encima de él, pero tuvo que luchar para no levantar las mantas para ocultar lo poco de sí mismo que podían ver. Definitivamente no se suponía que estuviera aquí. Estaba tan muerto.

Hyunjin, por otro lado, sonaba como si estuviera perfectamente a gusto con todo esto. Sonaba... casi irritado.

—¿Qué demonios están haciendo aquí?

Los sirvientes, los que obviamente habían abierto la puerta a los padres de Hyunjin, se dieron la vuelta y se desvanecieron detrás de sus amos vampiros. Rojos en la cara y claramente avergonzados.

La madre de Hyunjin se tapó la boca con ambas manos. Sus ojos pasaron de Hyunjin, a Jeongin, y de vuelta. La hermana de Hyunjin sonrió tímidamente a toda la cosa antes de girarse y marcharse, dejando al padre y la madre de Hyunjin allí.

Jeongin quería vestirse. Quería salir de allí, y nunca quiso que otra persona viva volviera a ver su rostro.

—Eres... esto es lo que has... —Hwang Seokjin balbuceó, su bigote se retorció mientras se levantaba, con las manos apretadas en puños.

—¿Qué estás pensando? ¡Tienes el nervio... pensamos que este humano te había hecho algo!

—¿Por qué asumirías algo así?

—No regresaste, —su madre sonaba como si estuviera a punto de llorar. Sus ojos ardían, y parecía casi real. No como si estuviera tratando de poner un espectáculo de simpatía o atención.—Nos dijeron que éste atacó a los invitados. Fuimos testigos de que te lo llevabas para castigarlo.

—¿Y te tomó siete horas antes de que empezaras a preguntarte por qué todavía no estaba en la fiesta?

Cristo, ¿había dormido Jeongin durante siete horas? No es de extrañar que su espalda se sintiera bien. Él había estado durmiendo en una cama bastante impresionante. Deseó poder salir de allí para poder lanzarse a una tumba abierta y enterrarse vivo, pero eso tendría que esperar hasta que los padres de Hyunjin no estuvieran allí.

Simplemente no iba a decir nada. Él iba a mantener la boca cerrada, e iba a esperar que todo esto desapareciera.

Podría ocurrir. Él podría tener suerte.