Fantasma del Pasado

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Josef y Nate atravesaban las calles desiertas, movidos por la desesperación de encontrar a Asuna. La habían perdido, arrancada de su lado por Ahyma, y cada minuto que pasaba sentían que la esperanza se esfumaba. El complejo de departamentos al que llegaron estaba en ruinas, las ventanas rotas y los muros descascarados, pero no se trataba solo de una construcción decadente; el mal que acechaba en su interior superaba cualquier pesadilla. Apenas cruzaron la puerta, fueron recibidos por los rostros deformados de los vecinos, aquellos que alguna vez saludaban con familiaridad y que ahora, infectados por el virus Beyond, habían sido transformados en monstruos sedientos de sangre.

Los disparos de Josef y Toguro no sirvieron de mucho. Una de las criaturas, la que alguna vez fue Cecilia, vecina de confianza de Asuna, desató un aura eléctrica que repelía cada bala, cada intento desesperado de supervivencia. "Maldita sea," murmuró Nate, observando cómo la electricidad danzaba en torno a la bestia. "Esa cosa va a matarnos a todos."

Josef, con el sudor corriendo por su frente, apretó los dientes. "Debe haber una manera de anular ese escudo..."

Antes de que pudieran formular un plan, Fei apareció entre las sombras, su mirada decidida. "Tengo una idea, pero necesitaré que me cubran."

Toguro, cargando su arma con un gruñido de frustración, asintió. "Lo único que quiero es despedazar a esta cosa por lo que le hizo a Asuna."

Mientras preparaban su ataque, desde la azotea dos figuras observaban el caos con frialdad. Caín y Abel, hermanos inseparables, analizaban la situación con un extraño interés. "Fue inteligente salir al sentir la presencia de esta aberración," murmuró Caín, sus ojos brillando con un peligroso resplandor.

Abel, sonriendo con malicia, asintió. "Es una lástima que no todos los Diclonius hayan desarrollado sus habilidades como nosotros. Esa chica, Fei, no tiene ni una remota posibilidad."

"¿Intervendremos?" preguntó Abel con un tono divertido.

"Las órdenes de Lucia son claras: sabotear los planes de Ahyma a cualquier costo. Pero primero, veamos cómo los humanos lidian con su propia extinción. Después de todo, no están luchando contra otro hombre... sino contra una plaga."

La sonrisa de Abel se ensanchó mientras la batalla continuaba abajo.

Cecilia, envuelta en su campo eléctrico, se burlaba de sus adversarios. "¿Ya se dieron por vencidos?" Su voz retumbaba con una fuerza inhumana.

Nate, con una media sonrisa de desafío, lanzó una granada a quemarropa. "Aún no, maldita." La explosión sacudió el aire, pero la criatura permaneció indemne, el aura desviando los disparos y la metralla.

Con una carcajada siniestra, Cecilia lanzó un rayo de energía hacia Fei, quien apenas logró desviar el ataque con sus vectores, destrozando un edificio cercano. "¡Pagarán por esto!" rugió la monstruosa figura.

Fei, jadeando por el esfuerzo, sabía que no podía sostener el combate por mucho más tiempo. "Josef, ¡detente! Mis vectores no aguantarán mucho más."

Josef, observando cómo el cuerpo de Fei temblaba por la electricidad, gritó, "¡Si sigues, te destruirá desde dentro!"

Mientras tanto, Nate, desesperado por una solución, divisó un camión abandonado. Subió a la cabina, rezando por que hubiera una forma de usarlo. "Mierda, no hay llave... Tendré que hacerlo a la vieja usanza."

Desde el campo de batalla, Cecilia observaba con desprecio. "¿De verdad crees que eso servirá? ¡No son más que insectos ante mi poder!"

El camión aceleró hacia la criatura, pero con una fuerza brutal, Cecilia lo detuvo, hundiendo sus garras en el metal. Nate, maldiciendo bajo su aliento, supo que necesitaba un último golpe. "Fei, ¡usa tus vectores en el suelo, rápido!"

Elfen Lied Beyond Kamakura's Fall: Arco Mafia WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora