XXI. Camp Nou

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17 de enero

POV Blanca

Esperaba a Gaia en mi portal, me aseguró que llegaba en diez minutos y confiaba en que así sería. El fútbol no era una de mis pasiones, pero me hacía ilusión que Pablo me hubiese invitado a verlo. Llegó Gaia y me monté en su coche.

-Qué guapa te has puesto. Ahí detrás tienes la camiseta de Gavi, seguro que le hace más ilusión que la lleves tú puesta.

-Muchas gracias, tú también. Cuando lleguemos al estadio me la pongo.

-¿Te apetece que tomemos algo antes del partido?

Asentí. El resto del viaje fue una sucesión de canciones tarareadas por Gaia, yo me animé en alguna estrofa de las que más me gustaban. Llegamos al estadio y entramos al parking del mismo.

-Vamos a aparcar donde tienen los coches los jugadores, Gavi después se vendrá con nosotras.

Una vez nos bajamos, salimos y en vez de acceder al estadio, fuimos a una cafetería en una de las calles cercanas. Sin preguntarme, Gaia se dirigió a la barra y pidió dos cervezas.

-¿Tienes ganas de verle jugar en directo?

-Sí.

-Corrígeme si me equivoco, pero estás insegura de vuestra relación.

-Bueno, nuestra relación no formal.

-Tú me entiendes, Blanca.

-Sí, no sé. No es que él haya hecho algo para que me sienta así. Más bien lo contrario, pero veo la edad que tiene y su situación, ya sabes como es la gente famosa y yo pues no me identifico con las chicas que salen con famosos.

-No voy a negarte que todavía es muy joven, pero tiene un punto de madurez que otros chicos no tienen a su edad. Sé que le gustas, Blanca. Lo noto en sus ojos y en cómo habla de ti. Él siempre ha sido diferente. ¿Te soltó lo de Marina, no?

-Sí, ¿cómo lo supo?

-Intuición femenina. —se señaló— No tienes nada que envidiarle a ella ni a ninguna otra. Además, soy consciente de que Gavi y ella no encajaban, pero todo se retrasó un poco más de la cuenta.

-Mi parte racional quiere creer eso, pero luego tengo mis miedos, como hemos tenido todas. Supongo que mi experiencia anterior no ayuda. Solo llevamos un mes y me da miedo ilusionarme y que después él se canse.

-Te entiendo, Blanca. Déjate llevar y disfruta, no pienses en su trabajo ni en su edad, solo valora el tiempo que estás con él y si algún día te falla, yo seré la primera en apoyarte, pero si no es sufrimiento innecesario.

Tenía razón y me convencí que intentaría dejar mis miedos atrás. Luego, estuvimos hablando del trabajo y ella me contó algunos proyectos que tenían en mente para los próximos meses. Me fascinaba escucharla hablar de su trabajo, lo daba todo por la empresa y algún día me gustaría ser como ella. Terminamos y nos dirigimos de nuevo al parking, yo me puse la camiseta de Gavi y ella cogió su bolso y unas mantas para el frío.

-No es la primera vez que paso frío aquí.

-Se nota.

Nos reímos y fuimos a nuestros sitios. Estábamos relativamente cerca del césped y me emocioné cuando los jugadores saltaron a calentar. Mi mirada buscaba insistentemente a Pablo, pero no lo encontraba. Salió un poco más tarde que el resto.

-Tranquila, sabe donde estamos.

Y así fue, cuando acabaron el entrenamiento se acercó a nuestra zona y nos saludó con la mano. Sonreí y él se sorprendió de que llevase la camiseta. El partido fue divertido y no faltaron ocasiones para que Gavi marcase, pero no lo hizo. Una victoria fácil para ellos. Cuando acabo, Gaia me dijo que si quería hacerme fotos, acepté. Tras dar el visto bueno a las fotos, fuimos hacia el parking, pero un mensaje de Pablo saltó en mi pantalla.

Voy a la ducha, en cuanto desaparezca la prensa di a la seguridad que vienes de mi parte, quiero enseñarte una cosa, Blanquita.

Le enseñé el mensaje a Gaia y ella me guió hasta el lugar y me dijo que nos esperaba en el coche. Expliqué la situación y me dijeron que esperara al lado de la puerta. Salieron varios jugadores y yo miraba el móvil por si Pablo me hubiese dicho algo más.

Sentí como una mano me agarraba del brazo y me estiraba.

-Gracias por venir, Blanquita.

Me lancé a besarlo.

-Estás muy sexy vestido de futbolista.

-Lo sé. —se rio—

-Creído.

-Ven, acompáñame.

Nos acercamos al túnel, el campo estaba casi vacío. Sentí como me abrazaba por detrás y me acurruqué en él.

-¿Has visto el lema?

-Més que un club, sí. Estás orgulloso.

Sus labios besaron mi mejilla.

-Al igual que el Barça es más que un club, tú eres más que una simple chica para mí, Blanquita. Quiero que se te clave en la cabeza.

Hizo un gesto con su dedo. No me esperaba que me dijese algo así y me giré a besarlo.

-Será mejor que continuemos en otra parte ¿no?

Asentí y caminamos juntos hacia la salida. Pablo se sentó delante y yo en los asientos traseros.

-¿Os llevo a tu casa?

-Sí, por favor.

-Antes necesito cambiarme los zapatos, vamos a mi casa, serán cinco minutos.

En el trayecto, Pablo se giraba a mirarme. Cuando Gaia paró el coche, Pablo no dudó en bajarse y sentarse en la parte de atrás conmigo.

-¿Qué haces?

-Celebrar la victoria contigo.

Sus labios fueron directamente hacia mi cuello. Gemí involuntariamente al contacto y él sonrió. Su mano derecha desabrochó el cinturón y se paseó por mis piernas.

-Me apuesto lo que sea a que tu cuello no es lo único mojado que tienes.

-¿Y cómo estás tan seguro?

-¿Lo comprobamos?

Nuestras caras estaban muy cerca. Él llevaba la capucha puesta y sus ojos se veían aún más bonitos y salvajes con la poca luz que entraba por la ventanilla. Ninguno de los dos era consciente del drama que se avecinaba. Escuchamos el portazo y Pablito tenía su mano en mi entrepierna.

Levanté la mirada y vi como Gaia salía hacia el coche disparada. Quité su mano como pude y me separé un poco.

Entró y encendió el coche.

-¿Qué te pasa?

-Acabo de pillar a Fran follándose a otra en casa.

Los dos nos miramos y sabíamos que lo nuestro tendría que esperar. 

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Siento haber tardado en publicar tantos días, pero no estaba concentrada y se acercan mis exámenes así que perdonad y  espero que os guste <3

El tercer piso (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora