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Dos semanas que pasaron tan rápido, Jimin había entablado un bonito lazo con Minie, Minie le había ensañado muchas cosas que él no sabía de sí mismo, Minie le mostró lo bonito y especial que se podía sentir Park Jimin sin muchas reglas, dudas e inseguridades a su alrededor, su mundo se veía más tranquilo, aún con miedos que no se irán tan fáciles pero que esta dispuesto a superarlos. Porque Jimin había dejado de solo existir para empezar a vivir. 

Minie le había mostrado con perfectas imágenes, la vez que Yoongi le canto en el oído, esa vez que lo toco, esa vez en la que él se dejó tocar, esa vez que sintió todo en los brazos contrarios. Un mes es el tiempo que Yoongi había estado durmiendo, porque aunque Jimin era médico había empezado a odiar la palabra "en coma", sabe que hay muchas cosas que pueden pasar pero él se sentía seguro de que Yoongi oía cuando le hablaba.

Por eso se encontraba una vez más en la habitación de Min Yoongi, porque se había vuelto su rutina, después de la cita con el psicólogo se escabullía hasta su habitación, amaba el atardecer que se veía desde de la ventana, aunque solo eran excusas para las enfermeras que ya lo conocían porque él se sentaba junto a la camilla a verlo dormir. 

-Hola gatito- fue lo primero que dijo al sentar junto a él -Minie también te esta saludando- sonrojándose al saber lo que iba a a decir -dice que extraña tus caricias, que te extraña mucho, es decir Yo... Yo te extraño mucho Yoongi.

Desde que Jimin había empezado a hablar con Minie, tenía mas libertades, decía las cosas sin mucha vergüenza pero le gustaba y a veces se ocultaba con Minie, porque estaba haciendo las cosas a su manera. 

-Hoy el doctor me dijo que avanzamos mucho y lo se porque lo he notado yo también, Minie habla conmigo y me ha mostrado muchas cosas, algunas buenas, otras no tanto pero todas siendo parte de mi mismo- suspiro -se que Minie no es para siempre y que su papel es cuidarme pero la extrañare cuando ya no esté. 

Minie soltó una risa melancólica que solo Jimin pudo escuchar, Jimin miro a la ventana, las luces anaranjadas del atardecer reflejándose por toda la habitación. 

-Hoy comí una vez mas en la cafetería, habían más pacientes como de costumbre, mucho de ellos estaban en parejas- sonrío melancólico -y yo solo pude pensar en ti- sus ojos se llenaron de lágrimas -en todas las cosas que debemos hacer, en especial la más importante Min- la primera lágrima cayó -aún no te he pedido que seas mi novio. 

Se acerco con la silla posicionándose a la altura de la cara contraria y tomando la mano de Yoongi con alguna intravenosa inyectada tratando de no moverla mucho, solo lo suficiente como para entrelazar sus dedos, siendo él el único en engancharse a ellos.

-Tengo muchos planes... po~ podemos ir al cine, al parque, podemos caminar agarrados de las manos por todas las calles de París- una sonrisa se formó en su rostro, una sonrisa que no alcanzó a llegar a sus vidrioso ojos -pero para esto tienes que~ tienes que despertar ¿si?- observo su respiración tranquila al contrario de la de él -ya dormiste mucho ¿no crees?- soba con su pulgar el dorso de la mano -yo te necesito, te quiero junto a mi Yoongi, porque quiero crear nuevos y buenos recuerdos contigo, porque~

Los dedos contrarios se movieron, solo un leve movimiento en un intento de entrelazar sus manos, Jimin lo miró y sintió que su corazón latía con mucha fuerza.

-¿Yoo~ Yoongi estas despierto?- sus lágrimas salieron con más intensidad, toco el botón para llamar a las enfermeras -por favor mírame- Yoongi tenía los ojos cerrados pero él estaba seguro de lo que había visto, dos enfermeras y el doctor de cabecilla entraron -por favor mérame.

-¿Despertó?- pregunto el doctor. 

-Movió sus manos, se que está despierto. 

-Bien lo revisaremos pero necesito que salga señor Park- el doctor empezó a llevarlo hasta a la puerta pero Jimin no dejaba de ver a Yoongi.

La noche del inicio  (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora