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cicatrices y cenizas

Hyunjin estaba acostumbrado a los peores castigos y torturas que implicaban moverse en su mundo. Había escuchado miles de historias inimaginables sobre tipos que no midieron las consecuencias y se enviciaron tanto de poder que terminaron asesinados de la peor forma. Quemar vivo, descuartizar, o incluso degollar eran el pan de cada día en los negocios del mundo más pesado. Él llegó a conocer gente que murió de terribles maneras, y justo ahora, ansiaba por la muerte de alguien en específico.

En la noche, después de haberle dado su espacio al mocoso y de haberle exigido una respuesta de la forma menos prudente, Seungmin quiso tocar el tema.

—Cuando tenía quince años, Han Youngmin trabajaba con Changbin. Él quería el puesto de Jisung administrando los casinos y las apuestas, pero cuando Changbin se enteró que Youngmin había estado detrás de fondos desviados para las peleas callejeras, lo sacó de la organización. Ni siquiera Jisung sabía de eso, y fue entonces cuando lo amenazaron con asesinar a su familia. Era un tipo asqueroso, incluso antes de casarse y desde que tuve memoria, siempre se insinuó conmigo. Creo que debimos verlo venir.

—¿Él te hizo eso?—Interrogó señalando la marca de sus muslos.

—Me secuestró cuando iba de regreso a la escuela.—Asintió.—En ese entonces Changbin me daba más libertad para muchas cosas y yo podía vivir tranquilo. Desde entonces he vivido la mayor parte del tiempo encerrado, y si no es así, si puedo conseguir divertirme, alguien está siempre pegado a mí. Ese día, Youngmin intentó...—Guardó silencio, dando a entender lo que había ocurrido.—Pero Jisung siempre fue el hermano inteligente y ayudó a localizarme. Cuando supo que vendrían por mí, agarró su navaja y eso es lo único que recuerdo antes de desmayarme por el dolor.

Estaban sentados en la terraza, donde había pasado la mayor parte de la tarde después del incidente. Fumó media cajetilla de cigarros hasta que, instalada la noche, un menudo cuerpo se sentó frente al sillón individual de la fogata eléctrica que dividía ambos asientos. Las luces del exterior ya brillaban.

—Dijo que le mandaría a Changbin un mensaje. Pero después se puso nervioso e intentó matarme. No lo logró, pero perdí mucha sangre, o al menos eso es lo que me contaron cuando desperté en el hospital.—Reveló Seungmin, su mente todavía un poco nublada y su ceño fruncido después de caer en cuenta sobre el tema tan delicado del que estaba hablando. Y con quién lo estaba hablando.

Hyunjin apretó sus puños con rabia. Sus uñas clavándose en la palma de sus manos. Mantuvo su boca en una línea recta antes de darse cuenta que el chico lloraba otra vez como en las tantas veces que lo había visto hacerlo, pero ahora era distinto. A la luz de la luna, con las ojeras grandes atrofiando su tierno rostro aniñado y sus mejillas húmedas, con absolutamente ningún sonido o lamento producido, tan solo dolor reflejado en esos vivaces y altaneros ojos que conoció.

—¿Y Changbin no lo mató?—Preguntó como si la ofensa fuera personal. La venganza era su manera de solucionar los problemas.

—Ojo por ojo.—Mencionó únicamente durante unos minutos, era claro como el agua que a Seungmin le incomodaba hablar sobre eso.—Mataron a su familia, pero eso no cambió nada. Las cicatrices siguen ahí de todas formas. Pero al menos le trajo calma a Changbin...

Debía ser doloroso amar tanto a alguien y no poder hacer nada para protegerlo del mal, y peor aún, llegar tarde para salvarlo de un trauma. Saber que habían muerto niños inocentes en su nombre había sido algo que empeoró su estado de ánimo en aquel tiempo, pero sabía que las cosas eran así en sus vidas. La cadena siempre se rompe por el eslabón más débil, y Seungmin se negaba a serlo. Siempre se negó.

filled with poison || hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora