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"Estos paisajes de agua y reflexión se han convertido en mi adición"

Hyunjin

Cuando se enteraron, mi teléfono celular no dejó de sonar un día entero, todos los que trabajaban para mí querían un pedazo de mi tiempo para reclamarme los movimientos idiotas e irracionales que estaba haciendo en medio de una guerra por el control (que por cierto, íbamos definitivamente ganando) contra nuestros rivales de años.

Yo mismo sabía lo peligroso que era estar metiéndome directamente con el núcleo principal de los Seo, porque para él, que hubiera secuestrado a Seungmin significaba incluso una perdida más grave que si hubiera matado a todos sus hombres en una misma noche. Changbin era un hombre de familia y de eso no cabía ni una sola duda. Su punto débil era justamente lo que alguna vez a mi me hizo blando, y esa persona era el motivo del por qué estábamos metidos en este enrollo.

Años y años de paz entre nuestros bandos, de controlar cada quien nuestros negocios en cada punta de la ciudad, para que finalmente lo echáramos todo a la borda por un tipo que hasta hace un tiempo había estado trabajando en bares de mala muerte. Sonaba como toda una trama de telenovela mediocre que se lleva el estelar en el horario de la noche, pero era nuestra realidad y yo no planeaba resignarme a ser el villano vencido.

Yo sabía que nunca recuperaría el amor que Felix tuvo alguna vez por mí, e incluso ese maldito e insoportable dolor del corazón roto no se comparaba con la angustia terrible que me provocaba el saber que se habían reído de mí, que me habían traicionado. Yo necesitaba imponerme y demostrar que ni ahora ni nunca permitiría que se burlaran de mí, así que pensé muchas noches en algo que les dolería a ambos hasta que por fin lo encontré.

Christopher estuvo de mi lado al principio, investigando y trayéndome toda la información que conseguía sacarle a su... lo que fuera Minho para él. Nunca quise interponerme en esa relación pese a que me tocaba un nervio pensar en que Chan pudiera soltar su boca de más, pero al final del día estábamos hablando de Christopher Bang. No lo consideraba mi brazo derecho por nada, y pronto supe que a la larga sería un beneficio tenerlo metiéndose en las sabanas del enemigo. Mi padre siempre solía decir que era mejor mantenerlos cerca.

Yo conocía al mocoso de tiempo atrás, aunque todo mundo lo hacía incluso antes de que sus padres murieran en el accidente de tráfico que los dejó huérfanos a temprana edad. Corría el rumor de que el menor de los Seo había heredado la facilidad de usurpar con sigilo como la que había tenido su madre en vida. La mejor ladrona de joyas en todo Corea, como solía llamarla mi madrastra.

Nunca me pareció que las personas especularan así alrededor de un niño que acababa de perder a sus padres y que, como yo, como Changbin o como Minho, había tenido la desdicha de nacer en una familia cuyo historial delictivo era más largo que el listado de bienes patrimoniales legítimos. Pero a mi yo de ese entonces no le podía importar menos las habladurías que rodeaban como cuervos a la familia Seo, estando demasiado concentrado en obtener la validación de la única persona que me quedaba en el mundo.

Sully era la mujer de mi padre desde que tenía memoria, aunque me cuesta trabajo describirla; Sully era no más que la sombra de lo que son las segundas opciones, de aquellas otras mujeres que se mantienen fieles a sus maridos a pesar de que éstos las dan por sentado. Sully era Sully, la estricta y poco afectiva mujer que me había criado junto a mi ausente padre, quien de lo único que heredé fue su monstruosidad y frivolidad para estar al frente. No lo culpo sin embargo, porque Sully toda su vida se encargó de hacerme saber que él me quería, pero que le era más importante seguir cosechando los cimientos de nuestra organización. Ella siempre decía que papá era un hombre visionario.

filled with poison || hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora