Mentiras

33 15 2
                                    

Tal vez nunca llegué a amarte del todo, sin embrago puedo asegurar que sentía un profundo cariño por ti pues parecías alguien que sabía comprenderme, además de que teníamos cosas en común. Te entregué un pedazo de mi corazón, pero había algo que me ocultabas, podía sentirlo y aun así confíe en ti, quise creerte e ignore este sentimiento.

Un día alguien confirmó aquello que tanto ignore, un mensaje y una foto que fueron suficiente prueba de tu engaño... ¡Me mentiste!

Todo este tiempo estuviste burlándote de mí, me usaste, todas tus palabras de amor no eran más que una farsa para ocultar tus verdaderas intenciones, solo querías divertirte, satisfacer tus deseos carnales. Esa maldita foto me mostró tu verdadera cara, tú ya tenías a alguien más, alguien con quien tenías un compromiso, y yo a pesar de no sentir amor por ti me dolió en lo más profundo de mi alma.

¡Mentiste! ¡¿Por qué?! No lo pude soportar y me derrumbé en lo más profundo y oscuro de mi mente, pronto mis demonios se apoderaron de todo mi ser haciéndome estallar en una incontrolable ira hacia ti y sin poderme contener salí en tu búsqueda.

Me dejaste entrar a tu departamento sin tener la más remota idea de que sabía la verdad y de alguna forma me las arreglé para tomar un cuchillo de la cocina, me acerqué por detrás y sin pensarlo un solo instante te apuñalé una y otra vez hasta que te quedaste en el suelo temblando y con respiración agitada. Te di la vuelta y me puse sobre ti, te besé una última vez y volví a clavar el cuchillo en tu asqueroso cuerpo hasta que tus ojos se apagaron y de tu boca brotaba sangre, me levanté, tomé las llaves y salí de ahí cerrando la puerta con cerrojo para después volver a casa.

Todo había terminado al fin, sabía que ahora que estabas muerto no podrías engañar a otra pobre chica ingenua como yo.

Desde entonces mis demonios han dejado de atormentarme, puedo volver a dormir tranquila.




RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora