Capítulo 22

26 3 0
                                    

Lía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lía

Tres días pasaron desde que Beyla entró al taller de Abraxas junto a Cyras, podía verla por la ventana que daba al campo de entrenamiento que solía usar. Inconscientemente siempre terminaba observando como su cabellera castaña llena de rizos iba de un lado al otro en el taller.

En esa ocasión Abraxas y Cyras habían salido, al verla cabecear sobre la mesa, quise visitarla, de cerca pude apreciar las profundas ojeras bajo sus ojos y las manchas de hollín en las mejillas, producto de no haber parado de trabajar durante todo este tiempo.

Negando con la cabeza me dispuse a acomodar las piezas de metal y los papeles sobre la mesa para que Beyla pudiera acomodarse mejor, cuando estuve segura de que estaba en mejor posición no pude resistirme a verla un poco más.

El tiempo había vuelto a Beyla más bonita y encantadora, sus largas pestañas y su suave piel bronceada le daban un aspecto dulce y fresco, como si fuera un hada del bosque. La clase de belleza que tenía Beyla era inocente y cálida, demasiado buena como para ser real.

Mis dedos hormiguearon por tocarla al ver como uno de sus mechones se deslizaba por su frente.

Al estar a punto de ceder a la tentación un ladrido a mis espaldas despertó a Beyla y me congeló en mi lugar. Maldición, no tuve tiempo de alejarme cuando los ojos grises de Beyla se abrieron asustados, por instinto una de sus manos se sostuvo de mi palma extendida, su piel caliente contrastaba con mi frialdad.

-¿Lía? ¿Qué haces aquí?- preguntó Beyla con la voz ronca por el sueño.

-Ah... yo solo pasaba por aquí- respondí fingiendo indiferencia-. Si tienes sueño deberías ir a tu habitación- sugerí tras aclararme la garganta por la vergüenza de verme atrapada.

-Oh... Estoy bien, Cyras y el señor Abraxas regresarán en cualquier momento- sonrió la castaña descolocándome, ¿por qué siempre tenía que ser tan amable?-. El prototipo está casi listo, así que puedo aguantar un poco más-.

Me molesté al descubrir su engaño, intentaba parecer saludable, podía ver claramente el cansancio de en su ser, seguramente tampoco estaba comiendo bien.

-Vamos- sin esperar una respuesta y aprovechando que Beyla no me había soltado, la jalé a la salida en donde el pastor esperaba.

-Es... pera- jadeo Beyla sin poder resistirse, la tenía bien agarrada mientras que Laslo alegremente nos seguía correteando a nuestro alrededor-. ¿A dónde vamos?-.

-Solo sígueme- gruñí sin detenerme, mientras más pronto llegará a la mansión, más rápido comería.

Fue un error no haber considerado la torpeza de Beyla y el entusiasmo de Laslo. Lo inevitable paso, al intentar evadir a Laslo, Beyla tropezó con sus propios pies, tirándome en el proceso, tenía buenos reflejos por lo que pude evitar la caída, pero mi primer impulso fue el de proteger a Beyla rodeando su cabeza para que cayera sobre mí en lugar de golpearse en la tierra.

Cenizas de Dragón, HerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora