Capítulo 9

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Beyla

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Beyla

Lía regreso al amanecer, no dijo mucho solo que no había trampas, y se encontró un par de osos, pero no había ningún peligro que no pudiera controlar

Ayude a Lant a preparar un rápido desayuno que constaba de manzanas, miel y agua fresca, todo recolectado por el ojiverde la noche de ayer. Estaba orgullosa por lo bien que me estaba adaptando a mis nuevas condiciones, aunque lo haría mejor si pudiera darme un baño, mi ropa estaba completamente sucia y probablemente olía mal, aunque sería peor si Lant no me hubiera prestado una camisa negra que, aunque me quedaba grande, era mucho mejor que mi raída casaca para montar.

-A unos 10 metros se encuentra un lago- Lía mordió su manzana despreocupadamente-. Podríamos tomar un baño, el lugar del mapa está cerca así que no nos tomará mucho tiempo- comentó como si leyera mis pensamientos, ella siempre sabía lo que quería con solo mirarme, era impresionante lo bien que leía a las personas, por muy problemático que eso fuera a veces.

-Mmm... en ese caso me adelantaré para que cuando lleguen haya terminado- el único hombre se rascó la cabeza algo incómodo por la situación, quise reírme por su inocencia.

-Oh que caballeroso eres Lamont- se burló Lía rebosante de sarcasmo-.

-¿Beyla, te importa si me llevo a Aaron?- ignorando a su hermana se dirigió a mí.

-Claro- acepté sin pensarlo mucho, y de inmediato me arrepentí, si Lant se iba me quedaría a solas con Valkiria y todavía estaba muy nerviosa como para enfrentarme a ella otra vez.

-Entonces me marcho- el moreno se puso de pie con la manzana a medio comer, y haciendo uso de su agilidad se montó en Aaron en un dos por tres-. Vamos su eminencia, Beyla nos alcanzará muy pronto- animo al caballo, quién relincho en protesta antes de iniciar el trote.

Cuando Aaron y Lamont desaparecieron un incómodo silencio se instaló entre ambas, ni siquiera el jugueteo de Laslo fue capaz de apaciguarlo.

-Mmm... ¿Deberíamos irnos ahora?- titubee sacudiendo las inexistentes migajas de mi ropa.

Sentí la mirada penetrante de Lía sobre mí, sus ojos me escudriñaban con atención y me sentí muy avergonzada por mi aspecto personal. Cuando estaba por decir algo, ella se levantó, conforme se acercaba a ella iba desabrochando algunas correas de su ropa, al recordar lo sucedido ayer toda mi sangre hirvió, si ella tenía planeado burlarse de mí de nuevo no sabía cómo responder. No entendía que pasaba hasta que tuve a Lía sobre mí pasando el cinturón por mi espalda.

-¿Qué haces?- intente separarme por la repentina cercanía, pero sus manos en mi cadera me sostuvieron en mi lugar, intente disimular mi sonrojo abanicándome-. Espera...- los dedos de Lía sobre las correas eran rápidos y eficaces, antes de que pudiera acostumbrarme a su cercanía, se apartó.

-Listo- y se dio la vuelta para ir por sus cosas sin importarle que estaba hecha un desastre por los nervios que me provocaban sus repentinas acciones.

Cenizas de Dragón, HerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora