Capítulo 17

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Lía no se detuvo hasta llegar a su habitación, no entendía por qué estaba furiosa si se supone que eso era lo que quería, que Beyla estuviera a salvo, incluso si eso significaba lastimarla para qué se alejará.

Sin delicadeza alguna se arrancó la sucia ropa de cuero y se encerró en el baño. Su error fue fijarse en el espejo en la pared, quedo horrorizada con la imagen que le devolvía, su cuerpo estaba cubierto por espantosas cicatrices y moretones, incluso su rostro estaba marcado, parecía una bestia.

Sus piernas fueron cediendo hasta que cayó al suelo, ahora todo lo que sus ojos podían ver era la sangre derramándose de sus manos y extendiéndose por todo su cuerpo, estaba sucia de pies a cabeza, no había un solo lugar en su cuerpo que no estuviera corrompido.

Sumida en su infierno personal perdió la conciencia, su mente reproducía cada una de sus pesadillas sin darle un descanso.

La peor parte es que estaba sola.

...

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Mientras tanto Beyla se había escabullido hasta los establos donde Laslo y Aaron descansaban, en cuando encontró a sus preciados compañeros cedió a su tristeza y lloro sobre el lomo del caballo.

Estaba cansada y desesperada, Lía tenía razón al decir todo lo que dijo, pero eso no evitaba que Beyla quisiera estar junto a ella. Sabía que estaba herida y entendía que quería alejarla para protegerla, pero ser consiente de todo eso no evitaba que fuera menos doloroso.

Aun así, todavía creía en Lía. Y la seguiría incluso si eso significaba iniciar una guerra contra Iggdrasil.

Pero antes tenía que volverse fuerte, demostrarles a todos y a sí misma que no era una inútil.

Eran dos almas demasiado diferentes unidas por un sentimiento tan intenso que dolía. Y como si el cruel destino entendiera su pesar, los cielos oscuros empezaron a llover hasta que amaneció.

...

Lía

En la mañana, cuando todos se reunieron para el desayuno, me mostré como si nada. Sentada lo más alejada que pude de Beyla la ignoré durante toda la comida. Fingí no darme cuenta de sus ojos hinchados o de la maraña en la que había convertido su cabellera castaña.

Mi intención era que después de hablar con mis padres partiría a Arcadia para negociar con la reina y planear la ofensiva, tomaría el lugar que me correspondía como la ejecutora de Yggdrasil.

Al terminar de comer me retiré al despacho de Lambert para esperarlo. Miriam se encontraba organizando unos archivos cuando entré a la oficina.

-Buenos días, señorita Lía- saludo la chica cortésmente, ni siquiera se molestó en ocultar su emoción al verme -. ¿Cómo se encuentra?-.

Cenizas de Dragón, HerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora