Qué Quizo Decir Sakumo

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La noche llegó lento para Iruka, el pensar que ya no vería a la persona que le había hecho sentir aquella sensación tan extraña era algo que no le agradaba del todo, en realidad, no le agradaba nada eso, el día entero se la había pasado en su habitación pensando en si decirle o no a Kakashi sobre lo que sentía. Esa idea la tenía por lo que Anko le había dicho antes, se sentía angustiado, no sabía que hacer, pensaba en todas las maneras posibles para decirselo pero solo optó por una: decirle el día que tenía que irse.

Era fácil, le pediría a Luis que lo llevase y lo esperara junto con Anko y le diría, luego se iría de ahí y no lo vería más, le quería decir pase lo que pase, no quería irse la ciudad sin antes haberle dicho lo que sentía por el, era fácil decirlo pero tal vez no sería tan fácil hacerlo. De igual manera, Iruka se armaría de valor ese día y se lo diría.

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La noche llegó y con ella, la hora de bajar a cenar, Iruka bajó, desanimado, llegó al comedor, cenó y después fue con Shiori, quería preguntarle algo, la curiosidad y la intriga lo carcomia por dentro.

-¡Señorita Shiori! -grito Iruka en los pasillos.

-¿Uh? -se detuvo dejando que Iruka se acercara a ella- ¿que sucede, Iruka?

-Señorita Shiori, tengo una pregunta...

-Dime.

-¿C-Cuándo nos mudaremos con Louis?

-Mhhh... Exactamente no lo sé, Iruka, pero, si no mal recuerdo, para la próxima semana ya estarían con él en su nueva casa.

-Oh... Ya veo, gracias señorita Shiori.

-De nada... ¡Oh! Iruka.

-¿Mhm?

-Olvidé decirles a ti y a Anko pero, ya no iran a la escuela lo que resta de la semana, tienen que ir empacando sus cosas desde mañana ¿de acuerdo?

-Oh... Si, si, esta bien.

-Eso es todo, Iruka, ahora ve a dormir, buenas noches.

-Buenas noches, señorita Shiori.

Iruka hizo una pequeña reverencia hacia Shiori y luego se alejo caminando, poco a poco aceleró el paso hasta llegar a su habitación, entró cerrando la puerta tras el y entrando al baño ignorando a Anko quien lo saludo cuando entró.

Tardó un poco en el baño, salió con el cabello aún mojado por el agua y ya con su pijama puesta, Anko estaba en su cama leyendo un libro, Anko no habló con Iruka, lo notaba algo preocupado y era mejor que a Iruka se tranquilizarla y pensara bien las cosas, después de todo, era solo un niño y su enamorado era un adolescente.

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En medio de la noche, en una habitación oscura en la cual solamente estaba como iluminación una lámpara, nuestro amado peliplata se encontraba dibujando un rostro bastante familiar en una hoja de papel. Lo único que lo acompañaba esa noche era el sonido del lápiz sobre la hoja y el ruido de su respiración. Ni siquiera el sabía que dibujaba tan bien, cuando se lo proponía podía hacer cosas bastante buenas ¿no?, en fin, era una noche tranquila, una madrugada para ser exactos. Estaba dibujando aquel rostro de un pequeño niño, ese niño que siempre estaba en su ventana, dibujaba sus cabellos largos y aquella cicatriz que llegaba de un lado de su cara al otro pasando por el puente de la nariz ¿cómo se habría hecho eso?, Se preguntaba, seguía dibujando hasta que el sonido del lápiz fue interrumpido... Fue interrumpido por el ruido de unos pasos, pasos familiares, se oían unos pies descalzos acercarse a la puerta de se habitación, no le tomó importancia, seguía dibujando sin despegar la mirada de aquel papel, planeaba darle eso de regalo mañana a su pequeño amigo, Iruka. Los pasos no cesaron hasta llegar a su puerta, Kakashi detuvo su lápiz, el sonido de su puerta abriéndose hizo que rápidamente ocultara aquel papel abajo de un libro, un libro que abrió con rapidez, la pierta se abrió por completo, las luces de la casa entraron por la puerta iluminaron su habitación un poco más hasta que el foco de aquella habitación fue encendido por el peliplata que respondía al nombre de Sakumo, Kakashi se giro a verlo mientras apagaba con una mano la lámpara que estaba usando para iluminar su habitación y con la otra mano abría lentamente el libro.

-¿Hijo? -preguntó Sakumo- ¿qué haces despierto tan tarde?

-Ah, papá, yo... Estaba leyendo.

-¿A esta hora?

-Sí, es que... No podía dormir -se rascó la nuca.

-Oh, claro, como digas -Sakumo apago el foco de la habitación- no te duermas tan tarde ¿si?

-Está bien, tu tampoco, papá.

-Solo me levante por agua y quería ver como estabas, no sabía que estuvieras "leyendo"

-Bueno... Ya iré a dormir -fingió un bostezo- hasta mañana.

-Hasta mañana -cerró la puerta y los pasos volvieron a escucharse, solo que ahora se iban alejando.

Kakashi encendió aquella lámpara de nuevo y sacó la hoja que había escondido abajo del libro o al menos intentó sacarla porque no la encontró. Miró para todos lados y vio que estaba tirada en el pisó, al lado de su escritorio.

-A eso se refería con "leyendo"... Que malo soy mintiendo -suelta un suspiro pesado.

Toma aquella hoja que casi no se veía por la oscuridad y termina de darle detalle a los cabellos de aquel joven moreno y una vez terminado aquel dibujo, da un bostezo largo. Guarda el dibujo entre un libro y va a su cama para acostarse y dormir.

Por la mañana, Kakashi, se levantó, se vistió y bajó las escaleras con la idea de encontrar a Sakumo en la cocina, la sala o su oficina pero no estaba, subió nuevamente las escaleras para ver si estaba en su habitación y si, ahí estaba, aún dormido, Kakashi lo miró con lástima, tanto trabajo debería tenerlo agotado. Bajo a la cocina para prepararle el desayuno a su padre, terminó de hacer y lo colocó en una charola y lo llevó a la habitación de su padre.

-Buenos días, papá -dejó la charola en el buro al lado de la cama.

-¿Mhm? -Sakumo abrió los ojos- oh... Buenos días, Kakashi -se sentó en la cama.

-Te traje algo para que desayunes algo.

-Muchas gracias, Kakashi.

-Iré a desayunar yo.

Kakashi sale de la habitación de Sakumo y va al comedor para terminar su desayuno. Termina y pone todo en su lugar, luego de eso, Sakumo baja de su habitación con la charola donde Kakashi le había llevado el desayuno anteriormente e hizo lo mismo que Kakashi, acomodar y lavar lo que había usado.

-Kakashi.

-¿Uh? -miró a su padre.

-Así que... ¿Estabas leyendo anoche?

-Ah... S-Sí, ¿por qué?

-¿Qué leías?

-¿Pará qué quieres saber eso?

-Solo dime.

-Pues... Era un libro con poesía.... -¿ya dijimos que Kakashi era malo mintiendo?

-Ajá... ¿Puedo saber por qué tenías mi libro que no encontraba hace unos meses?

-Ha-Hablas del "Ic-

-¿Icha Icha paradise? Si, ese mismo.

-Y-Yo...

-¿Quién era el niño que dibujabas, Kakashi?

-¿Q-Qué niño?

-Ya, Kakashi, dime.

-Es... Uno de los niño que a veces viene al parque...

-¿Y qué haces observando a los niños?

-Creo que son muchas preguntas... -se levanta de la mesa.

-Kakashi, te estoy hablando.

-¡E-Es solo que me llamó la atención!

-¿Por qué te llamaría la atención un niño?

-Su... ¿Cicatriz?

-Mucho cuidado, Kakashi, no quiero que sea otra cosa.

-¡¿A qué te refieres con eso?! -tapó su boca tras el grito.

-¿Desde cuándo me alzas la voz?

Kakashi se quedó callado ante la pregunta de su padre, nunca le había hablado así, ni sabía por qué se ponía tan nervioso por el comentario que había hecho su padre.

Eres sólo un niño ~KakaIru~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora