Capitulo 9

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Cap. 9
La clase de mates se me izo peor que de costumbre. Con Nathan al lado mi 'yo' fresita no podia darse un respiro. Llevaba todo la clase sentada con la espalda recta y las piernas cruzadas, cuando me moria por estirarme cual larga era en la silla, apoyar la cabeza en la mesa y descansar un rato. Ademas cada vez era más difícil ignorar las miradas de Nathan. Que asco de tío. Y lo peor era tener que seguirle el rollo. Pero se lo haria pagar en la siguiente hora. No dejaria escapar a Ryan ni un solo segundo.
-oye ¿yo puedo llamarte Nad? ¿O es "solo para amigos"?-dijo imitándome a mi con mi voz de hueca
-claro que puedes- parpadee de manera estupida y luego volví a centrarme en el problema de áreas que el maldito profesor acababa de poner, pero el idiota no pensaba dejar que me concentrara, al parecer molestarme le gustaba bastante.
-me dijeron que hiciste muy bien las pruebas de animadora. Se rumorea que hasta podrías destronar a Carly- eso me izo recordar el suceso del otro día, y me decidí a preguntarle
-hablando de Carly ¿a que vino lo del otro día?
Vi como todos los músculos de Nathan se tensaban, y, creedme, eran muchos. Casi podía adivinar por su cara que se estaba maldiciendo a si mismo por habérmelo puesto tan fácil. Su cara ahora mismo era todo un poema, mientras suponia que trataba inventar una mentira a la velocidad de la luz.
-eh...-se rasco la cabeza dando muestras de incomodidad. Sonrío. La verdad es que así se ve guapo... Será porque por fin se callo.-bueno ella era... Mi exnovia...y digamos que... No acabamos bien
Inconscientemente mi ceja se eleva mostrando mi escepticismo. En esta historia tiene que haber mas...
-¿solo eso? Vaya... Pero Nathan, eso no es razón para que yo no me hable con Carly. En realidad, ella siempre me trato bien. Será mejor que luego vaya a disculparme.-dejo caer mis palabras como una bomba, y reprimiendo una sonrisa veo los efectos que hace en la cara de Nathan. Se ha puesto rojo, sus ojos expresan puro terror y su nariz se ha arrugado formando una mueca de disgusto.
- ¡no! Mira Nad, no puedo explicarte lo que pasó, pero ella no es buena gente. Mejor que te quedes con Sel y el resto de chicas. A no ser que lo único que busques son problemas.-al fin una respuesta mínimamente sincera, aunque en absoluto satisfactoria. Quiero saber esa historia. Y lo haré, de una manera u otra, pero lo haré.
-ya... Dices que ella es mala gente pero tu me estabas mintiendo.-acerco mi cara peligrosamente a la suya y veo como sus ojos se deslizan a mis labios. Patético. Pero por alguna razón, me apetece jugar un poco más. Me aproxima todavía más y muerdo mi labio inferior.
-no me gusta que me mientan Nathan... En fin... Y tampoco me gustan los secretos. Tengo la manía de hacer que duren poco. Y este, no será una excepción.- veo como Nathan se esta debatiendo en su interior, quiere contestar pero esta totalmente paralizado. Que mono. Pero no me sirve. Necesito alguien fuerte, arrogante, alguien que se crea superior. Alguien a quien sacar de quicio. No es que fueran mi tipo de chicos, es que eran los que encajaban en el perfil de camello. Sonrío de medio lado y me levanto del asiento y me dirijo a mi próxima clase, y también siguiente víctima. Ryan. Y adivinad que. El si que encaja en el perfil.
-¡eh! ¡Nad! ¡Espérame! - Nathan viene corriendo-no te he mentido. Ella y yo salimos y acabamos realmente mal... Es decir... Descubrir que tu novia se acuesta con tu hermano pequeño no es muy buena manera de cortar ¿no crees?
Lucho por no reír. ¿Con su hermano pequeño? Eso debió de ser un golpe bajo en su autoestima...
-¡no te rias de mi!
-lo siento Nathan... Esque... Bueno da igual apurate, llegamos tarde...-de repente su mano rodea mi muñeca y mi empuja contra las taquillas. Genial... Si tuviera que decir cuantas veces he vivido esta situación no acabaría en mi vida. ¿Por qué los chicos tienen que ser tan clichés?
-no me gusta que se rían de mi. Y tampoco que sientan pena por mi. Y son las dos cosas que acabas de hacer muñequita. Y no me gusta.-su mirada sube y baja desde mis ojos a mis labios. Si quisiera podria noquearlo en dos segundos. Me recuerdo a mi misma lo que soy. Lo que debo hacer. Con seguridad, despego mi espalda de las taquillas y apego mi cuerpo aun mas a él. Veo su sorpresa. Supongo que siempre que hace esto las chicas se estremecen como bobas y tiemblan y esas cosas. Ya. Eso no va conmigo. Y lo de enamorarme tampoco.
De puntillas me acerco a su oído y conscientemente rozo con mis labios la parte superior del papo
- yo odio que me acorralen idiotas. No va conmigo.- le susurro en el oído y con rapidez clavo mis dientes en el lóbulo de su oreja. Se aparta por el dolor y yo me alejo en dirección a el pabellón deportivo. Sonrío para mi. Hora de jugar bebes. Y para vosotros, me temo que hora de perder.

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