Cap. 11
Ya estaba en casa. El día pasó rápido al menos. No he podido parar de pensar en lo que escuche a los chicos. En todo, pero sobre todo en lo de Josh. ¿Sería posible? En el coche evite hablar con él. Era como si algo se hubiese roto entre los dos, y sabia que era una tontería dicha por dos tontos pero no podía evitarlo. El silencio del coche había sido tremendamente incomodo y Josh se había puesto nervioso, como si ya intuyera que algo iba mal. Me he encerrado en el gimnasio, con la musica a tope. Im in albatraoz, de aaronchupa, resuena por la sala. Estoy corriendo por la cinta y me pongo a reflexionar. Josh es mi jodido hermano, no de sangre pero aun así no merece que le trate así. Necesito aclararme, esta claro que no podemos seguir jugando a los amigos con derecho, es patético. Ninguno de los dos quiere perder al otro, y a este paso es lo que pasará. Distraída, acelero la cinta, y sigo en mi mundo, pero mi playera se me sale y caigo al suelo creando un fuerte ruido.
-Auuch
Espero, porque se que en nada Josh abrirá la puerta, atento siempre a mi, como si fuera una princesa.
Y efectivamente, segundos despues la puerta se abre con violencia y un Josh agitado se adentra en el mini gimnasio.
-¡Nad! ¿qué pasó?
- mi retraso se supera por horas Josh...
- ¿algo que no sepa ya? Mi ceja se eleva inconscientemente... ¿Acaba de llamarme retrasada? Esta me la paga
-¿me llamaste idiota Voldi?
- ¡deja de llamarme Voldemort! Mi nariz es jodidamente perfecta y sexi
Trato de levantarme pero inmediatamente un dolor punzante se sitúa en mi tobillo.
-aiiiichhh
-¿duele mucho?
- un poco
Josh se acerca a mi y me agarra por la espalda y las piernas, dejando nuestras caras cerca. Muy cerca. Mierda. Su nariz si era perfecta.
- deja de babear, pareces un perrito, venga te llevare al salón.
El no dijo eso. Será idiota. Ademas, si el no hubiese querido acabar en esa situación hubiera ido a por el botiquín y listo. Dejo que me lleve hasta el salón, ignorando en todo momento su mirada. Y creedme, de esos ojos azules era difícil huir.
Cuando me deja en el sofá, Josh se dirige a por el botiquín al baño. Mientras no esta, me dedico a recorrer el salón con la mirada. La verdad es que nunca le e prestado mucha atención a esta sala, no paso mucho tiempo aquí. Las paredes están pintadas de un color crudo y tiene un gran ventanal que ilumina toda la habitación.
Sin que me de tiempo de acabar de analizar la habitación, que en realidad me importa bien poco, llega Voldi, con un botiquín de primeros auxilios y unas vendas ya fuera. Oh no. En el curso dimos primeros auxilios pero Josh... Digamos que se le da mejor defensa que cuidados. Pero es lo que hay, no voy a llamar a una ambulancia por una torcedura estúpida. Cuando Josh aprieta un poco con la mano mi tobillo aprieto los dientes y mis ojos se cierran con fuerza. Mi cara debe de ser graciosa porque Josh se está riendo, aunque a aflojado la presión.
-¿está mejor así princesita?
Le saco la lengua y asiento. De pequeña nuestro entrenador me llamaba princesita, porque yo era algo blandengue, pero la verdad es que me solía favorecer mucho, y a Josh siempre le daba envidia. Tendríamos unos diez años entonces. Ojalá pudiera volver. Entonces era más fácil.
-¿recordando viejos tiempos?
- ¿sabes Josh? Volvería. Sin dudarlo siquiera. Y tu te vendrías conmigo. Esas misiones que no pasaban de un simple caso de bulling y abusones de patio o algo así. Algo fácil. No drogas, no tíos...
- Crecimos Nad. Tocó progresar.
-¿esto es progreso? Yo no veo ningún progreso. Seguimos siendo títeres de una agencia. Esta bien, hacemos cosas muy buenas todo muy bonito Josh, pero no tenemos vida.
-¿preferirías ser normal?
-a veces... En algunos aspectos...-la respuesta sincera es si. Lo cambiaría todo. Todo menos Josh.
-en realidad no Nad, no lo harías. Te conozco.-no me conoce. Si lo haría. Pero eso es secreto. En el fondo me decepciona que Josh no se de cuenta. Pero no me da tiempo a seguir pensando en ello, porque los labios de Josh están en los míos. Oh oh. Responde Nad. Responde. Tierra llamando a Nad. Me fui. RESPONDE AL CHICO. Parece que mis últimas neuronas murieron porque mi cuerpo se encuentra en un estado de paralisis total, y si no respondo ahora una situación muy incómoda se dará entre Josh y yo. Por fin reacciono y muevo la boca para permitirle besarme, pero es diferente a las otras veces. No sienta bien. Pero no me se negar. No a él.
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No confíes en mi
RomanceNadia es una chica de 16 años de apariencia normal. Y ahí se acaba todo lo normal que hay en su vida, y es que Nadia y Josh, su mejor amigo, trabajan para una agencia un tanto... especial. Ambos son espías, especializados la detención de mercados d...