—¡Kira! ¿Que tal? Pasa, estas en tu habitación. —abro la puerta y me doy cuenta lo estupida que soné cuando se echa a reír.
Sin embargo, borra su sonrisa cuando me mira.
—¿Estas bien? —pregunta y desvía sus ojos a mi frente— Estas sudando.
—El cuarto puede ser caluroso.
Y vaya que lo era.
Kira pasa con una sonrisa de oreja a oreja y suspira al ver mi cama desordenada. Que vergüenza.
—Mira nada más que desordenado tienes tu cuarto —dice, divertida— No te culpo, yo era igual cuando tenía tu edad.
Kira empieza a juntar varias prendas sucias y las coloca en un cesto.
Hasta que ve un bendito calcetín debajo de mi cama.
Ah, yo sabía que podía pasar esto.
Ella se inclinaba recogerlo, sin voltear a ver debajo de mi cama. Yo solo rezaba para que no pudiera ver que su hijo estaba ahí metido.
—Uy... murmura, cansada— ¿Dónde rayos está el otro calcetín?
Su mano pasa por todo el piso que estaba debajo de la cama, sin tener éxito de encontrar el otro par. Dios mío. En cualquier momento sentiría un cuerpo ahí, y se llevaría el susto de su vida.
Casi me atraganto con mi saliva cuando veo la mano de Jack, pasándole el calcetín a su mamá sin que ella lo notara.
—¡Ah! Aquí está. —lo recoge y agradezco cuando se levanta del piso.
Suelto el aire que contenía. Kira estaba a punto de salir de mi habitación, pero se gira para decirme algo.
—Elsa, cariño —me dice— Si ves por ahí a Jack, dile que su amiga Anna llamó para buscarlo. Esta muy interesada en saber quien es la chica por la que la dejó.
Y finalmente se fue.
Mierda.
Jack salió como una araña de su escondite, y se sacudió la ropa. Se acercó a mi y pegó mi cuerpo al suyo.
—Te extrañé mucho.. —murmura contra mi mejilla.
Intenta besarme en los labios pero yo me aparto, incómoda.
—¿Qué pasa? —pregunta, confundido.
A pesar de haberlo apartado, dejo que me siga abrazando la cintura con sus manos.
—Tu... ¿sientes algo por Anna? —pregunto, directa.
—Elsa, creí que ya habíamos aclarado eso.
—Ya sé, pero algo no cuadra. No tiene sentido que la hayas usado para darme celos. En verdad parece que ella te gusta...
—Anna solo es una amiga. Es atractiva y me cae bien, sí, pero solo la quiero.
—¿Por qué ?
El parece dudar con una mueca, pero finalmente lo dice.
—Porque solo amo a una persona y esa eres tú. Siempre lo he hecho. —suspira y mis labios se entreabren de la sorpresa.
—¿Q-Qué?
Jack me suelta y entrelaza su mano con la mía. Me lleva a la cama y me sienta en su regazo, para estar más cómodos. Empieza a jugar con el anillo que me dio mi padre en mi dedo.
—Llevo mucho tiempo enamorado de ti. Demasiado.
Mi cara de confusión debió hacerle gracia.
—Vamos, ¿por qué crees que dejaba que me hiciera todas esas bromas en la escuela? No me importaba la forma en la que llamase tu atención, mientras la tuviera. Con que tú estuvieses pendiente de mi, yo era feliz.
—Pero tú me devolvías las bromas...
—Bueno, tampoco soy tan idiota. Si me cambias el shampoo por crema de afeitar, ¿esperas que no haga nada?
Sonrío como una idiota y aprovecho para sentarme a horcadas de el. Empiezo a jugar con sus manos, y mis ojos se detienen en los suyos.
Se inclina y pega su frente contra la mía.
—¿Qué es esto que tenemos, Elsa? —susurra.
—Tenemos de todo, hasta donde tú me dejes llegar.
—Donde yo te voy a dejar, es tanto como tú quieras llegar conmigo.
Me tomo un momento para analizar esto.
Estoy feliz.
Estamos felices porque por fin hemos aclarado las cosas. Lo único que hacía falta era tener comunicación, más allá de conversaciones idiotas o peleas. Todo este tiempo estaba enamorada de Jack, y no lo quería admitir.
—Tantos años esperando a que esto pasara, y aquí estás, sentada encima de mi, mirándome con esos ojos que me enamoraron desde que éramos niños. —me sonríe y me doy cuenta de lo que ha dicho.
—¿Cuando éramos niños...?
—¿Qué? ¿Creíste que tú eras la única enamorada a los ocho años? —sonríe, divertido— Pareces nueva.
—¿Tú estabas enamorado de mi y no me dijiste nada? —esta vez sueno molesta— ¡Tramposo!
—Tengo derecho a jugar suci... ¡Oye!
Me reclama cuando lo aviento a la cama y lo acorralo, dejando su cuerpo debajo del mío. Sin embargo, el se defiende y esta ve soy yo quien queda debajo de él. Me sostiene las muñecas, quitándome la capacidad para moverme.
Sus ojos se dirigen a los míos y luego a mis labios. Forma una sonrisa pícara.
—¿Puedo besarte... novia?
Mi corazón salta de alegría al escucharlo llamarme así.
—Puedes hacerlo, novio. —me atreví a decir, conteniendo una sonrisa.
Y siendo así, se inclinó hacia adelante para empezar a besarme.
AL DÍA SIGUIENTE...
Anoche la pasé increíble con Jack. Nos quedamos hasta tarde, haciendo lo que nos gusta hacer. Besándonos, acariciándonos, hablando sobre nosotros y sobre lo que hacíamos cuando éramos pequeños. Incluso lo obligué a ver las películas de Toy Story porque me dijo que nunca las había visto, y tuve que obligarlo.
Aún no podía creer que éramos novios. Después de tanto tiempo...
Y al recordar eso, me ponía aún más feliz.
Baje a desayunar con demasiada hambre, ya que anoche no había cenado nada. Solo había acompañado a Jack a que se sirviera un plato con cereales a las tres de la mañana.
Agarré un plato y serví una buena cantidad de cereales con chocolate, sin medirlo. Después, agarre una cuchara y me metí como tres bocados continuos.
—Con lo pequeñita que eres, nunca hubiese pensado que comieras así. —dice Jack, quien se había aparecido en la cocina.
—Buenos días para ti también. —le digo con cuidado de no atragantarme.
El me da una mirada de pies a cabeza.
—¿Sabes? Podría acostumbrarme a verte en esa pijama todas las mañanas. —dice, divertido.
Me saca de mi asiento como si no pesara nada y me sienta sobre el desayunador, sujetando mi cintura con sus manos.
—Jack, nuestros padres podrían...
Me calla cuando pega sus labios a los míos. Me da vergüenza porque ni siquiera me había tragado los cereales, pero a él no pareció importarle demasiado.
—Eres imposible, ¿sabes? —le doy un empujón divertido, pero el me sigue mirando con un brillo especial en sus ojos.
—Y tú eres hermosa.
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Tentación | Jelsa
FanficDespertar en una habitación desconocida a lado del chico que más odias y al que solías hacerle las bromas más pesadas en el Instituto, es duro... ¿Pero qué tal cuando recibes la noticia de que ese chico será tu futuro hermanastro? Esta es una nueva...