Capítulo 6: El trabajo

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Jack se estaciona frente a mi casa y apaga el motor del auto. Ambos nos quedamos en silencio por un segundo, pero decido hablar.

—Jack, ¿por qué no me dijiste que yo te besé anoche?

—¿De qué hablas?

—Hace rato en el agua pude recordar algo, y fue que yo te besé primero.

—Te falta información, Elsa. —niega con la cabeza.

—¿Qué rayos significa eso? ¿Yo te besé primero o no? —pierdo la paciencia.

Jack suspira y se me atraviesa para abrirme la puerta del auto, como si quisiera decirme que me largara.

—Ya entendí. Ya me voy. —le contesto grosera y me volteo para verlo— ¿Sabes? Hoy casi consigues que me olvide de lo idiota que eres. Se ve que lo bueno dura poco.

Cerré la puerta de un portazo y Jack arranca apenas puse un pie en la calle. Al entrar a casa, me topo con mi papá en la puerta.

—Si crees que voy a llevarme bien con el imbécil de Frost, vete haciendo a la idea de que eso nunca pasará.

Al día siguiente...

Mi papá cree que ya tengo edad para empezar a trabajar, así que me consiguió un empleo de mesera en una cafetería.

Ya llevo algunos días en ella y no me puedo quejar, el ambiente es agradable y mi jefe es un amor de persona. Lo único que sabe es comer, dormir y darme órdenes, pero así son los señores divorciados como él.

—Elsa, un café sin azúcar a la mesa dos. —me dice Mike, mi jefe, recargándose en la barra.

—Sin azúcar —pongo una mueca— La gente no tiene buen gusto.

—Sin quejas, niña. —me dice, divertido— Anda, que voy a salir a hacer unos asuntos.

—¿Me vas a dejar la cafetería a mi sola? —me entra el pánico.

Mike empieza a reír, como si dejarme sola significara que el lugar estallaría con una bomba.

—Claro que no, sabemos como terminaría la cosa si te quedas sola.

—Gracias por tu confianza, Mike. —le digo, sarcástica.

—Me parece que el otro mesero vendrá a ayudarte.

—¿Hay otro mesero?

—Sí, y es nuevo, al igual que tu. Tiene tu edad, más o menos.

—¿Más o menos?

—Sí, bueno... siempre confundo a los chicos con barba. Pienso que tienen unos treinta y terminan siendo adolescentes. —se rasca la barbilla— ¿Cuál era su nombre? Era...

—Hiccup Haddock. —termino la oración por el cuando veo a aquel chico frente a mi, entrando por la puerta de la cafetería.

No me había dado cuenta que me había quedado sin habla y que mis labios estaban entreabiertos al ver a Hiccup en la puerta.

Ah. Hiccup Haddock. El nuevo mesero y... mi ex novio.

El y yo terminamos hace un mes exactamente, o algo así, porque fui yo quien lo dejó. Todo empezó con una pequeña discusión que tuvimos, y no sé cómo, terminamos gritándonos cosas horribles el uno al otro.

Últimamente, lo he visto en las redes saliendo con varias chicas. Eso significa que me ha superado, ¿no?

Y justo en este momento, pude recordar algo sobre aquella noche.

Flashback

Vuelvo a ver a Hiccup discretamente y sigue en la misma posición, hablando con dos chicas. Me sirvo mi quinto vaso de vodka y me lo inclino, con una lagrima cayendo.

Tentación | JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora