Hasret ||•Şehzade Mehmed•||

Capitulo 48

— Hürrem. — Şahrazad se acercó a la sultana.

— Sultana. — ella la miró.

— ¿Sabes porque el sultan ejecutó a Ahmed Paşa? — preguntó la pelinegra confundida.

— No lo se sultana. — la pelirroja giró su vista a Hasret, quien sonrió a ella, acción que también fue percibida por Şahrazad.

— ¿Hasret lo hizo? — preguntó con una sonrisa.

— Sultana, el sultán consideró que Ahmed Paşa era el responsable por los ataques a Mehmed. — ella asintió.

— Tambien lo creo. — sonrió, sentandose junto a ellas. — Aunque bueno, el era el Gran Visir.

— Visires y Paşas hay muchos sultana, si uno se marcha o muere, es remplazado. — Mahidevran sonrió.

Las tres se miraron con una sonrisa, se habían convertido en aliadas, eran la fortaleza que cuidaría a los príncipes  eran quienes se encargarían de eliminar a cualquiera que intentara lastimarlos, sin importar quien fuera.

— ¡Hasret! — Fatma apareció en el harén gritando. — ¡Hasret, maldita zorra francesa!

La rubia sonrió disimuladamente, todo iba como ella lo planeaba.

— Sultana, debería calmarse. — Hasret se puso de pie, haciendo que todas se levantaran.

— El Gran visir murió, no lleva muerto ni siquiera 40 días aun, era el cuñado del sultán, ¿Como te atreves a tener una fiesta?

Hafsa iba a intervenir pero Hürrem negó, no debían entrometerse en eso, Hasret debía ser quien solucionara eso, debía demostrar que podía encargarse de esa situación.

— Sultana por favor calmese. — Firuze y Beyhan aparecieron tras ella.

— Sultana, lamento mucho su perdida, que Allah le de paciencia y consuelo, y que perdone sus pecados. — Hasret reverenció.

— ¡No seas hipócrita Hasret, tu estas detrás de la muerte de Ahmed! — gritó Fatma. — El murió por tu culpa, tu engañaste a Mehmed, tu lo manipulaste para que convenciera a su majestad.

— Sultana, yo comprendo como se siente, pero yo seria incapaz de hacer algo como eso. — ella negó.

— ¡Eres una asesina maldita francesa! — gritó, abalanzandose contra ella.

La rubia dio un paso hacia atrás, no podía arriesgarse a que la lastimara o a su bebé.

— ¡Tu fuiste quien hizo todo esto! — gritó fuera de si. — ¡Manipulaste a su majestad para que lo matara!

— ¿Como podría hacerlo sultana? — ella negó, totalmente pacifica, sacando aun mas de quicio a la sultana. — Yo no tengo el poder de manipularlo, nadie podría, el sultán no es alguien a quien se pueda manipular.

— ¡Mentirosa! — gritó. — Hiciste una fiesta para celebrar tu triunfo, te aliaste con esa serpiente.

Señaló a la sultana Hürrem, quien solo hizo una mueca girando los ojos, ya le parecía extraño que no la culpara.

— ¡Nos amenazaste con que harias esto! — gritó frustrada. — Diles Firuze, diles todo lo que dijo que haría.

Hasret la miró atentamente, infundiendo miedo en ella, haciendo que se quedase callada, recordándole que ella sabia su secreto.

— La sultana Hasret nos informó que habian ejecutado a Ahmed Paşa. — dijo en voz baja.

— Firuze, ¿por que no les cuentas tu secreto? — negó. — A eso me acerqué ayer ¿no? Alev puede comprobarlo.