España apenas sabía la hora que era, pero sí era consciente de que era de madrugada, y estaba muerto de cansancio. La fiesta estaba siendo divertida, pero él nunca había sido capaz de aguantar mucho rato despierto por la noche, y estaba seguro de que terminaría durmiéndose sobre el sofá de la casa de ONU si no se iba a su casa de una vez.
Le dolía porque se lo estaba pasando muy bien, pero se vio obligado a agarrar del brazo tanto a Grecia como a Italia, que se giraron de inmediato.
—¿Qué pasa? —quiso saber Italia, gritando a pleno pulmón para que su voz se escuchara por encima de la música de los altavoces. Por suerte, todavía no había bebido demasiado y se podía controlar.
España no se molestó en gritar para hablarles porque sabía que ni el italiano ni la griega le escucharían, de modo que comenzó a guiarlos entre la gente para llegar a una zona más tranquila, en la puerta principal.
Cuando se giró, le sorprendió mucho no ver allí a Grecia, pues juraría que a ella también le había agarrado de un brazo. Italia pareció darse cuenta de lo que ocurría y resolvió su pregunta sin necesidad de que España la formulara, mientras bebía un poco más de su copa.
—Se ha tenido que ir con Chipre porque él necesitaba ayuda con una cosa.
—Ah, bueno —respondió España, encogiéndose levemente de hombros. Italia le miró con curiosidad antes de preguntar:
—¿Qué pasa?
España tardó algunos segundos en contestar, con algo de vergüenza.
—Es que... Estoy cansado, creo que me voy a ir a mi casa —hizo una corta pausa, mirando a Italia como si temiera que el chico fuese a burlarse de él o algo parecido—. Entonces, quería despedirme...
Italia permaneció en silencio, como si acabara de recibir una noticia muy impactante y tuviera que asumir lo que le decía. Al final pareció reaccionar y sonrió antes de hablar.
—Eh... Bueno... Vale —terminó por decir, mientras España abría la puerta con cuidado y algo de timidez. El español se giró hacia el más alto con una gran sonrisa tierna—. Ojalá no te fueses, me lo he pasado muy bien contigo. Eres el mejor.
España le sorprendió mucho ese comentario, y miró hacia otro lado con timidez. Sintió calor en las mejillas (cosa que sorprendió mucho a Italia, y le provocó un fuerte sonrojo) y le dio tanta vergüenza que apenas murmuró un "adiós" antes de marcharse casi corriendo.
Por Dios, ¿De verdad se había sonrojado por un simple comentario? «Eres el mejor». Ni siquiera era un halago muy original.
Pero el color rojo de sus mejillas seguía ahí.
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𝗔𝗺𝗼𝗿𝗼𝗺𝗲𝘁𝗿𝗼 ♥︎𓆉︎♥︎ España x Italia
Romance➪ ¡ 𝗘𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮 𝗺𝗮́𝘀 𝗘𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗮 𝘅 𝗜𝘁𝗮𝗹𝗶𝗮 !