No era muy aficionado a las cenas en espacios al aire libre como el parque o, en ese caso, la playa, pero tenía que admitir que estaba siendo una de las mejores noches de su vida. No estaba a solas con España como quizás le gustaría, pero la compañía de Noruega y Grecia tampoco era tan mala.
Todavía no era de noche por completo, de modo que todavía quedaba un poco de luz, pero la playa estaba completamente desierta, lo cual era bueno.
—No deberías haber preparado tanta comida, Noruega —protestó Grecia, tumbada sobre su toalla, mientras suspiraba. Estaba demasiado llena como para moverse de su sitio. Y todavía quedaba comida sobre el mantel que España había llevado.
El nórdico le quitó importancia al asunto con un gesto, mientras miraba a España, que se encontraba frente a él, tumbado también sobre la arena. Fue justo en ese momento cuando vio que Italia, que estaba a su derecha, miraba muy fijamente al menor, como si no existiera nada más en el mundo.
Sonrió burlonamente antes de que el más alto se diera cuenta de que el noruego le estaba mirando y apartase la vista de inmediato, con las mejillas rojas. Quiso morirse de vergüenza.
—¿Por qué le miras tanto? —quiso saber Noruega, aunque estaba clara cuál era la razón. Al menos lo dijo en voz baja y España no pareció oírlo. El italiano se quedó callado durante algunos segundos, sin saber qué responder.
—Cállate —pidió, avergonzado. Agarró su móvil para fingir que lo miraba, a ver si tenía suerte y conseguía que Noruega se olvidara del tema. Pasaron algunos minutos antes de que el nórdico se levantara para mirarles. España abrió los ojos e Italia apartó la mirada de su teléfono.
—Voy a comprar una botella de agua, ahora vuelvo —hizo un gesto con la cabeza para señalar un pequeño bar que había a lo lejos. Italia respondió con un gruñido y el noruego comenzó a alejarse. Grecia ni siquiera parecía haberse enterado, y fue en ese momento cuando el italiano se dio cuenta de que llevaba los auriculares puestos y parecía estar en su propio mundo, si es que no se había dormido.
Italia tragó saliva y volvió a mirar a España de reojo, que ahora miraba el móvil. Sin pensárselo dos veces, se levantó y le miró, deseando con todas sus fuerzas que sus mejillas no se encendieran.
—España —le llamó, haciendo que el español levantara la cabeza para mirarle—. Hum... ¿Quieres que vayamos al agua antes de que se haga de noche por completo?
Bajó la vista con algo de timidez, deseando que España no le rechazara. El menor pareció dudar un poco.
—Pero... ¿Ahora? No sé si... —comenzó a decir. Se interrumpió a sí mismo, quedándose callado durante algunos segundos. Finalmente, sacudió un poco la cabeza y lanzó el móvil sobre su toalla antes de levantarse. Sonrió de inmediato—. Bueno, vale.
Sin darle tiempo a Italia a decir nada, el español le agarró de la mano con fuerza y comenzó a correr hacia el mar, tirando del más alto.
No le importó que el agua estuviera congelada o que apenas hubiera luz. Veía más o menos a Italia y eso era suficiente. Corrió para meterse en el agua hasta que ésta le llegó más o menos a la cintura y se negó a soltarle de la mano, ni siquiera cuando el más alto le placó para sumergirle bajo el agua junto a él.
Tardaron algunos segundos en sacar la cabeza del agua, avanzando un poco en cuanto a profundidad. Italia notó que el agua le llegaba un poco más arriba, pero no le importó. Ya no estaba Noruega o cualquier otro país para molestarles.
España tiró de Italia con todas sus fuerzas para intentar tirarle al agua y que se mojara entero de nuevo como venganza, pero se dio cuenta de que apenas podía inclinarle levemente. El más alto se rio un poco. Era demasiado adorable.
—Jaja, no puedes —se burló, aunque sin mala intención. España hinchó las mejillas y frunció un poco el ceño con frustración y volvió a tirar. De nuevo, no lo consiguió. Se sonrojó un poco.
—Sí que puedo —insistió, mirando al más alto. Éste soltó una pequeña risa tierna. El español, al ver que no iba a conseguir tirarle al agua de esa forma, probó a lanzarse sobre él.
En cuestión de segundos, ambos se hundieron en el agua. Italia no se atrevió a abrir los ojos por la sal, pero notaba a España cerca de él. Se frotó los ojos un poco al sacar la cabeza del agua. La risa del español le contagió y terminó riéndose por alguna razón.
Se puso de pie y vio que el agua ahora le llegaba un poco más arriba, lo que significaba que se habían alejado un poco más de la orilla. Tenía a España frente a él, pero le costó un poco verle porque ya era casi de noche por completo.
—¿Me ves? —preguntó el menor, palpando a su alrededor. Veía a Italia levemente, pero quería asegurarse mejor de dónde estaba.
—Sí, un poco.
España se quedó en silencio, quieto como una estatua. Por alguna razón, eso puso nervioso a Italia, que no dejaba de preguntarse si había hecho algo mal o que había hecho que España pensara que era raro. Si no lo pensaba ya.
Pasaron los segundos y nadie rompía el silencio incómodo. En su cabeza, el más alto no dejaba de pensar en temas de los que hablar, pero no fue capaz de pensar más cuando el menor le agarró de la mano, moviéndose un poco. Italia tan sólo veía la silueta del español, de modo que no estaba muy seguro de hacia qué dirección se había movido. Pero, si su vista no le engañaba, se había acercado hacia él. No se permitió a sí mismo ponerse nervioso.
Hasta que notó las manos de España en su mandíbula, que le atraían hacia él para después besarle.
Se negaba a quedarse quieto en una situación como aquella, de modo que rodeó el cuerpo del menor con los brazos, mientras lo notaba pegado a él. Al español no pareció molestarse su gesto, porque solo apretó las mandíbulas de Italia con más fuerza, sin dejar de besarle.
El más alto estaba seguro de que sus mejillas estarían completamente rojas en ese momento, pero no le importó. Le dio un pequeño escalofrío cuando España acarició su nuca con uno de sus dedos.
El beso no parecía terminarse nunca, pero Italia tampoco lo deseaba. Por desgracia para él, España se separó apenas unos segundos después.
A pesar de la oscuridad, Italia pudo ver la sonrisa de timidez y alegría al mismo tiempo en la cara del menor, y dejó que éste le abrazara con la suficiente fuerza como para sumergirle de nuevo en el agua.
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𝗔𝗺𝗼𝗿𝗼𝗺𝗲𝘁𝗿𝗼 ♥︎𓆉︎♥︎ España x Italia
Romance➪ ¡ 𝗘𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮 𝗺𝗮́𝘀 𝗘𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗮 𝘅 𝗜𝘁𝗮𝗹𝗶𝗮 !