Italia se sobresaltó un poco cuando le cayó una gota de agua sobre el pelo. Segundos después, otra más. Y otra. Las que no caían sobre él, lo hacían sobre el verde césped del jardín de España. Miró a su derecha, en busca del español para decirle que estaba comenzando a llover, pero no lo encontró. En ese momento fue cuando recordó que el menor había ido un momento a la cocina para ponerle comida a Michi.
Se levantó con rapidez y se acercó hacia la puerta de cristal que separaba el interior del exterior.
—¡España! —le llamó con un grito, esperando que así le escuchara. Esperó algunos segundos hasta que pudo ver al menor asomar la cabeza desde la cocina—. ¡Está empezando a llover, creo que es mejor que nos metamos dentro!
Por alguna razón que Italia desconocía, el español sonrió plenamente antes de ignorarle y volver a la cocina. Por su sonrisa, el italiano sentía que estaba tramando algo, y eso no le daba muy buena espina.
No quiso preguntar y volvió al jardín para empezar a recoger las pocas cosas que quedaban. Además, era de noche y no podía tardar mucho en irse a su casa si no quería que le pillara la lluvia en el peor momento.
Ni siquiera se enteró de que España había corrido para llegar al jardín de nuevo hasta que apareció a su lado, con una gran sonrisa tierna y un sonrojo en las mejillas que le hacía aún más adorable. Parecía emocionado como un niño pequeño al que le habían comprado un juguete nuevo. De hecho, a veces España parecía eso: un niño.
—Espera —pidió el español. Italia le miró con algo de curiosidad antes de levantarse. No pudo evitar sonreír al mirarle. Notó sus mejillas arder cuando España le agarró de las manos, y por un momento pensó que le besaría.
No lo hizo, pero Italia tampoco quedó decepcionado con lo que sucedió a continuación.
—Ven, vamos a bailar —pidió, con algo de vergüenza, mientras agachaba un poco la cabeza. Esperó a que Italia dijera algo. No se imaginaba en absoluto que le diría algo así.
—Pero si está...
—Precisamente por eso —respondió España, con algo de dureza y dando un paso hacia él. Tenía el ceño adorablemente fruncido—. Bailar es mejor si se hace bajo la lluvia.
Italia no estaba muy convencido de que es fuese cierto, pero, aun así, no era capaz de negarle nada, de modo que sonrió aún más antes de agarrar sus manos con fuerza, como si se fuesen a escapar de repente.
—Hum... Vale —respondió—. Pero no sé bailar...
—Yo tampoco.
—Ah, genial.
No pudo evitar soltar una pequeña risa nerviosa. Al menos era de noche y había tan poca luz que España no le vería si cometía algún error estúpido.
Y antes de que se pudiera dar cuenta, el español ya le estaba haciendo bailar con él. Se sentía más tonto que nunca, pero al menos le consolaba ver que a España tampoco se le daba demasiado bien.
Se olvidó de la lluvia, que ya caía fuertemente sobre ellos, y ni siquiera recordó que el tiempo existía durante la siguiente media hora.
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𝗔𝗺𝗼𝗿𝗼𝗺𝗲𝘁𝗿𝗼 ♥︎𓆉︎♥︎ España x Italia
Romance➪ ¡ 𝗘𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮 𝗺𝗮́𝘀 𝗘𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗮 𝘅 𝗜𝘁𝗮𝗹𝗶𝗮 !