𝐎𝐮𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞𝐬 ➤ 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞 𝐙𝐮𝐤𝐨¹ [HIATUS!]

Equilibrio

Kaya

—Atsushi ¿Si entiendes que ser historiador es bastante peligroso?

Le pregunté a mi primo.

—Oye viajar por el mundo no es precisamente peligroso...—contestó mientras caminaba.— Tu misma dijiste que habías viajado hasta aquí.

—Si pero... con amigos y yo soy maestra agua tu un no maestro.—repliqué girando los ojos, nadie le sacaba esa idea de viajar, supongo que cada quien aspira cosas diferentes.

—Pero se pelear.—argumentó volteando a mirarme.

—No sabes.—contesté.— Si supieras tendrías alguna minucia de reflejos o al menos masa muscular apropiada para un combate, no sabes pelear.

—Que si.

—Que no.

—Que si-...

—¡Que se callen de una buena vez!—prorrumpió nuestra abuela desde la abertura de la cocina, haciéndonos brincar en los muebles de la sala.—Mi mundo era más tranquilo antes de tener hijos...—murmuró enfurruñada antes de ladear un poco la cabeza.— Y antes de que ellos tuvieron hijos.

—Lo siento...—musité avergonzada y le di un codazo a Atsushi para que también dijera algo, el suspiró.

—Lo siento...

Llevábamos en el polo norte casi un mes. 

Katara se la pasaba aprendiendo agua control junto con Aang. Sokka salía con Yue.... o bueno, lo intentaba y por como lloriqueaba en las noches imaginaba que quizás las cosas no fueran tan bien como el las pintaba. Yo me la pasaba con mi familia materna, tratando de absorber tanto conocimiento de ellos y madre como el tiempo me lo permitiera.

Así que ahora que por completo habíamos perdido la "vergüenza". Atsushi era mi primo con una edad más cercana a la mía, nos llevábamos dos años porque el tiene trece, pero congeniábamos mejor de lo que yo suponía podría hacer con mis primos de diecinueve. Claro que, había intentado hablar con mis primos mayores que yo, eran amables, pero siempre estaban ocupados en sus quehaceres.

Mi primo Aibek tenía veintiún años y era guardia de la familia real pese a no ser un maestro agua era muy hábil con su lanza, pero por su trabajo solo tuvimos una ocasión de platicar sobre el uso de armas, aunque el no parecía muy convencido de que yo realmente supiera algo del tema.

— ¿Sabes pelear?—me preguntó apoyándose en la pared del pasillo de la casa, su tono semi burlezco no me ofendió, por que la incredulidad estaba más presente en su voz. Yo asentí.— Ah... Quizas seas buena entonces. 

Sabía que no hablaba de esa forma intencionadamente, así había crecido de todos modos, y como yo el entendía las diferencias de cultura entre La Nación del Fuego y La Tribu del Agua. Me parecía que me veía como a una bebe... Me comentó que el tenía seis cuando yo nací, quizás por eso aun me veía... pequeña.