Love me || KageHina

14. Espiritual

Tsukishima siguió a Yū cuando caminaban hacia la habitación del zorro. El Tanuki no estaba del todo cómodo ya que era la primera vez rodeado de la esencia de tantos felinos, pero parecía que las otras especies eran más buenas con las minorías, y sobretodo recordó que Yū era un canino también, por lo que todo estaría bien.

Solia olvidarlo seguido, especialmente porque el zorro era el mejor amigo de Shōyō, actuaba como un gato y la esencia de Asahi estaba impregnada en su piel, haciéndole oler como el mayor. Tsukishima estaba bastante feliz recientemente porque parecia que la pareja habían arreglado las diferencias entre ellos y aunque pudiera oler inseguridad, ellos estaban trabajando en eso y ambos se amaban, siendo de la misma especie o no, siendo compañeros o no.

Kei esperaba que su amigo más pequeño encontrada su compañero lo más pronto posible ya que se había vuelto muy cercano a Shōyō y Yū, y había oído los problemas del mayor por lo que esperaba lo mejor para él.

Arrugó su nariz cuando Nishinoya abrió la puerta negra, la cual era un poco terrorífica para él ya que solo había puertas coloridas y ahora la única oscura estaba perturbando al joven canino. El lugar estaba limpio, amplio y se veía como el suyo, pero demonios, el olor de la pantera era tan fuerte y en todos lados que le erizaba la piel y sus orejas bajaban, se aplanaban en su cabeza en algo de miedo.

—Wow, ¿no te sientes un poco ahogado aqui? Sé que no eres un canino dominante, pero diablos, ¿cómo se supone que no tienes tú esencia en tu habitación?

Nishinoya rió entre dientes, cerrando la puerta detrás de ellos y abriendo la ventana a pesar de que estuvieran en medio del invierno.

—Bueno, primero, hay algo de mi esencia aqui pero tú eres un canino, por lo que es normal perturbarse por la de Asahi. Segundo, realmente no me importa, lo disfruto —se sonrojó un poco al final de la oración y Tsukishima rodó sus ojos, suspirando.

Sabía que estaba enamorado pero era algo que no podía entender. No aún.

—¿Asahi-san no está aquí?

—No, está en el estudio.

Tsukishima asintió, dejando sus zapatos y sentándose en el piso mientras Yū lo hacía en su cama.

—Así que, Shōyō no volvió hoy, ¿cierto? —el más joven pregunto y Yū negó con su cabeza.

—No. Quise visitarlo pero Asahi me dijo que Kageyama tampoco había aparecido, así que... No creo que sea una buena idea —sonrió y el menor asintió, entendiendo a lo que se refería.

— Yū.

—¿Mm?

Tsukishima movía sus manos nervioso y mordía su labio inferior. Estaban ahora sentados en la cama del zorro y este ladeo su cabeza, esperando pacientemente por el Tanuki para que continuara.

—Yo... Tengo una pregunta... —murmuró y el mayor asintió.

—¿Cuál es, Kei?

—Quería preguntar... ¿Cómo es posible para Shōyō imprimirse en Kageyama a pesar de que no le guste y que no sea su compañero? —Yū se congeló por unos segundos, pensando.

Suspiró, pasando una mano a través de su cabello y Tsukishima se sintió mal porque él sabía que el tema para Yū era algo duro por los dos días en que Shōyō no regresó a la escuela y no respondió los mensajes.

—Realmente no lo sé... Le pregunté a Asahi, no estaba hablando acerca de Shōyō en particular, solo preguntando si era posible imprimirse a pesar de que no estuviera enamorado, y me dijo que sí lo era.

Tsukishima alzó una ceja en pregunta y Yū continuó.

—Sabes lo que pasó el primer día del celo de Shōyō —Tsukishima asintió, sí, Yū le había dicho que había estado actuando extraño y que Kageyama le había "llamado".