[Adaptación sin fines de lucro]
Hinata Shōyō no aceptaba a los felinos estando cerca de los caninos. No aceptaba ser combinados con otras razas y él nunca habría aceptado a Kageyama Tobio ser cercano a él. No quería aceptarlo incluso si el perro hab...
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BokuKuroTsukki Smut
Bokuto sabía que en cuanto Kei volviera, algo estaría mal. Lo sabía, porque Kuroo era un lobo, tenía su orgullo y era un líder, por lo que era realmente posesivo. Además, ya habían pasado más de dos años viviendo juntos.
Estaba seguro de eso porque Tsukishima era un pequeño demonio, él tenía su orgullo también y no podía soportar tener que compartir a su chico.
Y entonces estaba Bokuto, oh tan amable y atento Kōtarō, quien no quería que ellos pelearan, quien no quería que se arrancaran las cabezas. Él quien solo quería vivir en paz con los dos chicos de su corazón. Pero ya habían sido cuatro meses desde que Tsukishima volvió.
El primer mes fue bien, Kuroo estaba feliz de tener a Kei de vuelta, así que el mayor estaba más que feliz y había dicho que eso era suficiente para él. Tsukishima era amable también, siendo súper atento y cuidadoso con Bokuto, diciendo que le había dejado por mucho tiempo y ahora quería hacer lo posible para que Bokuto olvidara esos años de sufrimiento.
Kuroo siempre había estado bien con eso.
Pero había algo que parecía estar a punto de estallar. Claro.
Sexo.
El primer mes habían estado demasiado ocupados haciendo todo juntos, solo los tres o incluso con los demás. Claro, cada mañana Bokuto besaba a los dos, en el mismo lugar o no, pero ni Kuroo ni Tsukishima había mostrado desacuerdo o enojo con eso. Incluso Kuroo le había pedido a Kei acercarse y acurrucarse con ellos mientras estaban sentados frente a la televisión, y Bokuto estaba realmente feliz de que el lobo lo aceptara de esa manera.
Pero entonces el segundo mes llegó. Kuroo usualmente estaba excitado, después de todo él era joven, por lo que no sorprendía a Bokuto para nada cuando los suaves besos se convertían en algo más caliente, suaves pero traviesos toques bajo las cubiertas, pero cada vez que eso pasaba, él podía sentir la tristeza de Tsukishima cuando él no estaba demasiado lejos, mirando, o en otro lugar del departamento al oír los suaves gimoteos de Bokuto o simplemente sentir su placer.
O la vez cuando Bokuto se estaba bañando y entonces Tsukishima entró en el baño, el lugar se había vuelto diez veces más caliente y Kuroo los sorprendió, él había podido sentir como el lobo se había sentido traicionado y enojado cuando alguien había tocado lo que era suyo.
Bokuto no podía culpar a ninguno de los dos, pero la tensión crecía en el acogedor lugar, Tetsurō le gruñía seguido a Kei y el Tanuki usualmente le gritaba al lobo. Bokuto estaba asustado de que pudiera llegar más lejos porque no quería que ninguno de ellos se fuera, o hiriera al otro, o aún peor, morir.
