Ran se aferraba a las sábanas de la cama con una mano como si su vida dependiera de ello. Sus mejillas usualmente pálidas estaban teñidas de un rubor rosa. Sus ojos entrecerrados disfrutando el momento.
-No te detengas...- susurró.
Su otra mano sostenía mi nuca y mi cabello mientras, mi boca hacía el trabajo dándole placer. Mis rodillas empezaban a resentirse al estar tantos minutos sosteniendo mi peso.
Retiré mi boca y continué estimulando su miembro con mis manos mientras lo miraba fijamente.
-Espera, mejor terminemos esto en la ducha- dijo él mientras me elevaba en sus brazos y me llevaba directo al cuarto de baño.
Una vez allí se deshizo de las pocas ropas que me quedaban y ambos entramos a la ducha. Me besó ferozmente, acariciando mi cuerpo con cierta rudeza en cada intercambio. El agua tibia recorría nuestros cuerpos dándole un nuevo giro a la situación. Ran me alzó en sus brazos nuevamente y yo envolví mis piernas alrededor de su torso. Apoyó mi espalda contra la baldosa para no sostener todo mi peso. El contacto frío de la baldosa en mi espalda envió un escalofrío por mi cuerpo y me hizo apretarme más contra él.
Sus manos continuaban acariciándome y sus labios descendiendo por mi cuello y hombros. Tomó mi rostro con una mano mientras acariciaba mis pechos con la otra excitándome por completo. Nos besamos con pasión mientras nuestras lenguas se encontraban la una a la otra. Entonces me penetró con fuerza y empezó a embestirme más rápido cada vez.
Mis gemidos hacían eco en las baldosas del cuarto de baño, la respiración pesada de Ran en mi oído me excitaba mil veces más. Mis manos hallaron su camino envolviéndose con firmeza en su nuca mientras admiraba su figura. Su hermoso cuerpo, su cabello mojado pegándose a su rostro por el agua que corría arriba de nosotros, sus ojos que ardían en pasión y locura. Podía ver un trance diferente en ellos cuando hacíamos el amor. Era muy diferente al trance de la violencia, era algo más sublime, más profundo e intenso.
-Ahhh- grité finalmente al alcanzar mi límite.
Ran descansó su frente sobre la mía respirando agitado tras haber llegado al clímax también.
Me dio un beso suave en los labios a la vez que acunaba mi rostro con ambas manos.
-Te amo Misato, eres increíble-me dijo con una sonrisa tierna.
Continuamos duchándonos como siempre. Ran disfrutaba de echarle shampoo a mi cabello y enjabonar mi espalda. Por mi parte me gustaba enjabonar su pecho y descender juguetonamente siguiendo las líneas de sus tatuajes, me encantaba la respuesta de su cuerpo cada vez que pasaba cerca de su entrepierna.
Nos vestimos para salir, era el día de la audiencia final y pasara lo que pasara ambos habíamos decidido vivir sólo el momento. No había necesidad de desperdiciar un segundo más pensando en que todo podría salir mal.
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ECHO- Ran Haitani - Español
RomanceA primera impresión sentí miedo, pero el chico de las trenzas y ojos perezosos se convertiría en mi héroe y mucho más. Ya no podía imaginar una vida sin Ran Haitani a mi lado, sin sus besos y sus caricias. Aunque el universo conspirara en nuestra c...