CAP VIII 🔥🔞: Where fire lays

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🚨ATENCIÓN:🚨El siguiente capítulo tiene escenas mas o menos explícitas de sexo. Si no es de tu agrado este tipo de contenido te sugiero adelantar hasta la mitad del capítulo 💜

¡Feliz lectura!  

Ran volvió a casa la mañana siguiente

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Ran volvió a casa la mañana siguiente. Mi sueño estaba tan ligero que escuché desde el momento que abrió la cerradura de la entrada, se quitó las botas para luego caminar sigilosamente hasta la habitación. Abrió la puerta lentamente para no despertarme, pero yo ya estaba en pie, me lancé a sus brazos.

—¡Ran! — dije apretándolo con fuerza.

—Misato ¿Qué haces despierta tan temprano? —preguntó sorprendido, me abrazó también y besó mi frente.

No podía decirle que ya sabía todo, se molestaría mucho si llegaba a saber que Rin me lo contó. Sería nuestro secreto por el momento, así que elaboré una mentira blanca.

—No logré dormir bien, te extrañaba mucho.

Sonrió contento y me alzó en sus brazos para luego besarme los labios intensamente.

—También te extrañé princesa.

—Debes estar hambriento, te haré el desayuno— dije deslizando mis dedos por sus cabellos.

—Está bien, mientras tanto tomaré una ducha, estoy muy cansado.

—¿Sucedió algo? — me sobresalté y examiné su rostro buscando algún signo que delatara los hechos.

—Nada grave, solo algunos clientes pesados. Aún no hay novedades de Reaper.

—Ya veo.

Me devolvió a tierra firme y tomó sus toallas para adentrarse en el cuarto de baño. Me dirigí a la cocina y cuidadosamente busqué ingredientes para el desayuno. No quería hacer mucho ruido ya que Rin debía seguir dormido en su habitación. Encontré un cartón de huevos, harina y un poco de leche así que opté por hacer panqueques, no sería muy difícil y podíamos acompañarlos con fruta o jarabe de melaza que aún quedaba en la alacena.

Luego de unos veinte minutos Ran volvió, ya había secado casi totalmente su cabello con ayuda de un secador. Se acercó a mí por detrás envolviendo mi cintura con sus brazos y asomando su rostro por mi lado derecho.

—Huele muy bien. ¡Oh! Panqueques, hace mucho tiempo que no comía unos hechos en casa.

—Shhh, vas a despertar a Rin— dije en un susurro.

Ran me volvió hacia el con facilidad y me inmovilizó contra el mueble de la cocina.

—Misato... Rin no está, mira la puerta, sus zapatillas no están. Es probable que fuera al gimnasio, usualmente se queda hasta el mediodía ahí.

—Entonces...

—Entonces, tenemos la casa sólo para nosotros— dijo y me alzó subiéndome a la mesa.

ECHO- Ran Haitani  - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora