Ese fue el desayuno más extraño de mi vida. El grupo se había aglomerado en una de las mejores mesas de la Speakeasy, la que estaba cerca al escenario y tenía mullidos sillones de terciopelo rojo. Alguien encendió el sistema de audio y colocó música, las conversaciones eran indistintas y a viva voz. Sentados a la mesa Ran y yo disfrutábamos del desayuno intercambiando miradas cómplices, mientras Ichika peleaba con Rindou por una tostada que él aparentemente le había robado. Kakucho simplemente sonreía con algunos de los comentarios y a al otro extremo de la mesa el topo devoraba el desayuno con la mano buena como si no hubiera comido nada en semanas.
Súbitamente la puerta principal se abrió dando paso a una figura elegante y conocida. Midori acababa de llegar. Los chicos dejaron todo lo que estaban haciendo y se pusieron de pie inclinándose en una reverencia. Todos excepto Ran y Rindou, quienes sólo se mantuvieron de pie. Dudaba sobre cómo debería actuar yo ante Midori, pero me limité a mirar al suelo.
—¡Bienvenida Midori-sama! — dijeron al unísono.
Midori cerró su abanico flamenco dramáticamente y entró triunfante al lugar. El anciano portero, que apareció junto a ella, tomó su abrigo de piel y desapareció en la oscuridad al fondo del bar.
—Quiero el reporte de la situación. ¿Tenemos bajas? — preguntó Midori como quien pregunta el clima, mirándose las uñas.
—Ninguna— respondió Ran a mi lado.
—¿Y qué hay de ellos?— los ojos de Midori mostraron un brillo casi sanguinario al preguntar.
—Tres heridos de gravedad, entre ellos Kayser. Dio bastante pelea y hasta intentó apuñalar a Ran— respondió Rindou.
Voltee a ver a Ran sorprendida, pero él se mantuvo con los ojos en el horizonte. No me parecía justo que jamás me comentara las cosas que sucedían aquí. ¿Quién era Kayser?
—Es probable que vuelvan a atacar en cualquier momento—agregó Kakucho.
—Bien, me alegro que todos ustedes salieran ilesos. Felicitaciones Ichika, estás haciendo méritos para volver a la escuela de enfermería. Aunque sería mejor si fueras doctora, realmente necesitamos una por aquí, pero no me quejo— dijo Midori.
—Gracias Midori-sama— respondió ella con una sonrisa tímida y casi forzada.
—Y felicitaciones a la nueva integrante, Misato. Has demostrado que mereces un lugar en nuestras filas.
—Midori...—interrumpió Ran con voz severa.
—Silencio querido, hablaremos largo y tendido en un momento. Escuchen todos, prepárense bien para un próximo ataque y sino vienen ellos, nosotros los visitaremos. Nadie se mete con la Speakeasy de Midori y sale ileso en el intento.
—¡Si señora! — respondieron todos excepto Ran.
Midori hizo un gesto con la mano indicando que todos podían retornar a lo que hacían.
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ECHO- Ran Haitani - Español
RomanceA primera impresión sentí miedo, pero el chico de las trenzas y ojos perezosos se convertiría en mi héroe y mucho más. Ya no podía imaginar una vida sin Ran Haitani a mi lado, sin sus besos y sus caricias. Aunque el universo conspirara en nuestra c...