Lucia
—¿Crees que esta vez me excedí? —la pelirroja me ignora mientras vislumbra su figura en el vidrio de la vitrina de la tienda de abrigos. Trato de no darle tantas vueltas al asunto, pero tengo un leve presentimiento de que la tonta discusión que tuve con Adam, no es tan tonta como parece. Hay algo más que me esconde.
No tengo respuesta inmediata de Holly, así que saco mi teléfono mientras camino por la acera de la gran avenida de Solfy city. Hay dos llamadas perdidas de papá las cuales decido ignorar. Sé de qué quiere hablarme y estoy tratando de postergarlo lo más que pueda. Mi mente en estos momentos se encuentra ocupada divagando en Adam.
Lo que se ha instalado en mi pecho es tan raro como el brillo del sol, no propio en esta época del año. Donde los días lluviosos son el pan de cada día. Sin embargo, hago caso omiso a mi presentimiento y actualizo mi Instagram con una selfie de mi cara, con el pie de foto que dice: un día estupendo para ser libre.
Solo tengo que esperar el comentario de Adam pidiendo disculpas por la tonta discusión que tuvimos y todo solucionado. Así funciona nuestra relación y eso es perfecto para mí.
—¡Holly! —quiero que me dé una respuesta, pero ella no para de parlotear sobre cómo su perfecto culo no se le marca sobre su falda floreada como ella quiere. Entre tanto, mi mente no para de dar vueltas pensando en cómo hablar con Adam. Nunca doy mi brazo a torcer, él es el que siempre me busca, pero esta vez estaba tardando demasiado y eso empezaba a impacientarme.
No sé, llámenme loca, pero mi instinto de mujer me dice que, por la extraña reacción que tuvo ayer, esconde algo.
—Mnnn —musita reparando a sí misma.
—¿Qué si crees que me excedí? Estábamos tan bien ayer que, —hago una pausa e inspiro hondo—... ¿Por qué todo no puede ser perfecto?
—Porque a tus veinticuatro años no has entendido que el mundo no gira a tus pies, Lucia. —Su expresión me dice que está cansada de que le hable de lo mismo todo el día.
Con mucha delicadeza retiro mi cabello de la cara y lo paso sobre los hombros hasta mi espalda, la miro sobre ellos para darle dramatismo a la respuesta.
—¿Cómo que no? Si lo siento girando bajo mis carísimos tacones —resalto la palabra en tono de burla. Holly suelta una risa escandalosa mientras se agarra la parte del abdomen haciéndome reír a mí también.
No mentía en lo que decía, mis padres me hicieron creer que el mundo gira a mis pies. Su forma de crianza fue criticada por muchos, pero para ellos fue la mejor para demostrarme que me aman. ¿Y quién le decía que no a la linda y caprichosa Lucía Abbey Spencer?
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Jugando A Seducirte ©: (Libro 1 De La Duología: ¿JUGAMOS?)
RomanceEn este juego de seducción no habrá perdedores. Un viaje. Ella para olvidar a su ex. Él por compromiso. Ella buscaba divertirse. Él saciar su deseo. No fue un buen comienzo, pero ¿tendría un buen final? El destino les daría la oportunidad de reenco...